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Libertad, Democracia, Constitución

Ése es el cambio esencial habido en la derecha española. Defienden sus puntos de vista en nombre de esos grandes principios compartidos por la inmensa mayoría de los españoles. En estos años incluso han practicado en reiteradas ocasiones un atributo de la izquierda...

el 14 sep 2009 / 23:36 h.

Ése es el cambio esencial habido en la derecha española. Defienden sus puntos de vista en nombre de esos grandes principios compartidos por la inmensa mayoría de los españoles. En estos años incluso han practicado en reiteradas ocasiones un atributo de la izquierda, la manifestación pública para hacer oír sonoramente sus posiciones: contra la búsqueda de una salida dialogada al terrorismo etarra, contra la educación para la ciudadanía en las escuelas, contra el matrimonio entre homosexuales, como ya lo hicieron años atrás contra la despenalización del aborto. Incluso la jerarquía española de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, ejerciendo su derecho a la libertad de expresión, entra en la liza electoral pretendiendo orientar el voto de sus fieles hacia el PP, en tanto que en su programa de gobierno se comprometa a desmontar los "perversos" derechos sociales antes citados.

Un fantasma recorre el mundo: la reacción integrista frente al reconocimiento de los derechos alumbrados por el pensamiento progresista. Reaccionarios del planeta, ¡uníos! Cada uno con sus armas, adaptadas al escenario en el que actúan. Católico-romanos ultra y evangélicos según el modelo del sur de Estados Unidos, sionistas fundamentalistas y musulmanes yihadistas, tienen en común un modelo de familia tradicional, una idea de integración entre sociedad y religión, y una actitud enérgica (cuando no violenta) para imponer sus ideas a todos, por lo que vienen a converger en una extraña alianza contra una sociedad cambiante que se niega a comprender los extraordinarios valores del inmovilismo.

La cadena de la Iglesia Católica Romana en España ("somos libres"), puede tener como guías de la mañana y de la tarde, respectivamente, a un ex comunista converso al liberalismo puro, que no al catolicismo practicante, y a un protestante evangelista conservador. ¿Creen o no creen en la libertad los obispos católico-romanos españoles? Para ellos, lo importante, en estos tiempos de zozobra, "de matrimonios gay, de transexuales y de carriles-bici", como oía el otro día decir a un ciudadano que iba hablando solo por la calle, es conseguir que esta pesadilla termine como sea; después de salvar nuestros cuerpos atribulados por tanto alboroto, habrá tiempo para recogerse, dedicarse a leer el libro sagrado, ejercer la caridad y salvar almas para el paraíso celestial. Mientras tanto, su Reino sí es de este mundo.

Y la ciudadanía en general, incluidos los creyentes sensatos, muchos de los cuales han hecho oír su voz, ¿qué ha de hacer? Pues muy sencillo, conservar la serenidad e ir a votar el próximo 9 de marzo. Comprometer a los parlamentos y gobiernos de España y de Andalucía que salgan de las urnas en la continuidad del proceso de las conquistas sociales en marcha. Y reclamarles que después de 30 años de Libertad, Democracia y Constitución se denuncie y desaparezca esa antigualla que es el Concordato con la Santa Sede, que nada tiene que ver con el modelo de sociedad avanzada europea de la que formamos parte.

Víctor Pérez Escolano es catedrático de Arquitectura de la Hispalense

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