Ligia Palomino Riveros, la médico del SAMUR herida en el accidente de Barajas que ha recibido hoy el alta hospitalaria, desea recuperar su vida cotidiana en la tranquilidad de su hogar, rodeada de sus seres queridos, y ruega a los medios de comunicación que respeten su silencio.
En una carta abierta hecha pública por su familia tras ser dada de alta en el Hospital Ramón y Cajal, donde permanecía ingresada desde el día del accidente, Ligia afirma que "gracias a Dios" está viva y ello "entraña una gran responsabilidad como ser humano y como médico", antes de subrayar: "Hoy me voy fuerte, pero pensando en todos aquellos compañeros de viaje a los que no podré abrazar".
Ligia, colombiana de 42 años de edad, viajaba en el vuelo siniestrado junto a su pareja, José Pablo Flores García, conductor del SAMUR que ahora evoluciona favorablemente de sus heridas en una habitación del Hospital de La Paz, y su cuñada Gema, víctima del accidente.
En su carta, la superviviente envía "un abrazo solidario a todas aquellas personas que han perdido a sus seres queridos y a los que han sobrevivido", al tiempo que recalca: "en mi corazón siempre estará presente Gema, mi cuñada, un ser entrañable que me dio todo su cariño".
"Me faltan las palabras para agradecer cada mano que me empujó a la vida: los bomberos que me rescataron, mis queridos compañeros del SAMUR que me trasladaron al hospital y que con cada visita me inyectaban energía", continúa Ligia, y añade: "A todos y cada uno de los miembros del equipo sanitario y los trabajadores del Ramón y Cajal que con una sonrisa y sus cuidados diarios me han arropado...¡No os olvidaré!".
"Quiero recuperar lo antes posible mi vida cotidiana y, según los consejos de los profesionales que me han atendido, sólo lo podré conseguir en la tranquilidad de mi hogar, rodeada de los seres que amo", señala la médico del SAMUR en su carta, antes de advertir: " Por eso, aunque agradezco vuestro apoyo, ruego a los medios de comunicación respetar mi silencio".
Ligia considera la "terrible experiencia" vivida como "una pausa" en su camino y concluye así su mensaje: "Ahora continuaré viviendo y recordando más que nunca un pensamiento de Máximo Gorki, que desde pequeña me enseñaron mis padres: "¡A la vida, a la vida!, para disolver en ella todo lo bueno y humano que hay en nuestros corazones".
Con Ligia Palomino Riveros son ya tres los heridos en el accidente de aviación que han recibido el alta médica del total de veinte que ingresaron en seis hospitales madrileños, mientras que dos de ellos han muerto y otros dos han sido trasladados a sendos hospitales de Gran Canaria y de Finlandia.