Uno de los contenedores de aceite usado que se colocaron por toda la ciudad. / EFE
¿Qué hacemos con el aceite usado?. Seguramente, en el último año se habrá hecho esa pregunta en más de una ocasión, después de que hace justo doce meses Lipasam retirara todos los contenedores que instaló en 2008 para el aceite usado en los hogares sevillano. El Ayuntamiento aludió entonces a «deficiencias» en el servicio y anunció que se volverían a instalar una vez que se adjudicara a una empresa que ofreciera todas las garantías necesarias. Un año después, Lipasam continúa sin dar una fecha exacta, pese a que se anunció, tras haber dado varias distintas, que estarían listos para el verano; y asegura, una vez más, que se están fabricando aún los nuevos contenedores.
Estos depósitos se instalaron durante el anterior mandato, cuando se comenzó a ofrecer la retirada de aceites usados por mercados de abastos y supermercados. Poco después, esos contenedores cuadrados de color naranja se propagaron por toda la ciudad, pasando a formar parte de ella como un elemento más del paisaje urbano. En total, se dispusieron unos 200 repartidos en los distintos barrios de Sevilla, después de que el Consistorio hiciera una prueba piloto para la recogida de estos residuos en las casetas de la Feria. Se retiraron unos 100.000 litros, con los que se obtuvieron más de 83.000 de biodiesel.
Esa era la clave. Evitar que un producto muy contaminante para las aguas de nuestros ríos y mares acabara depositándose en ellos y lograr así reciclar un producto con el que se puede obtener jabón y biodiesel. Sin embargo, el año pasado Lipasam decidió proceder a su retirada por diversos problemas, que ahora se trata de subsanar con los nuevos modelos de contenedores que «se están fabricando», según confirmaron fuentes municipales.
El Ayuntamiento explicó en ese momento que la empresa concesionaria tardaba mucho en retirar los residuos depositados en los contenedores y cuando se hacía se producían muchas manchas en el suelo. Sin embargo, el principal inconveniente fue otro derivado del primero: los robos de aceite que se producían al no vaciarse los depósitos. Lipasam detectó que había quienes extraían la grasa de estos contenedores, que eran destrozados para ello, para venderla a intermediarios de fabricantes de biocombustibles. Una práctica que ponía en circulación estos residuos sin control sanitario alguno, y con la que se podía obtener por la red hasta 0,50 céntimos por litro. Además, causaban daños en la vía pública al dejar un reguero de aceite que era incluso peligroso para los peatones y el tráfico.
De esta forma, el nuevo concurso público redactado por el Ayuntamiento, buscaba subsanar todos estos problemas, evitando que los contenedores fueran accesible y que el aceite pudiera ser puesta de nuevo en circulación. La adjudicataria fue la empresa Biouniversal S.L., quien ha reiterado en varias ocasiones que los contenedores se están fabricando y que su elaboración es compleja. Desde entonces se han dado varias fechas: febrero, marzo, y la última el verano. Sin embargo, a punto de comenzar el mes de septiembre aún no hay fecha prevista y se asegura por parte de Lipasam que aún están en fase de construcción.
Sin embargo, desde la Asociación Nacional de Gestores de Residuos de Aceites y Grasas Comestibles (Geregras) aseguran que el motivo de que no se hayan instalado es otro. Ellos han presentado varias demandas en los juzgados sevillanos, una de ellas incluso ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), contra el concurso que también adjudicó a Biouniversal S.L. la recogida del aceite usado en bares y restaurantes de la ciudad, al considerar que «monopoliza» el servicio en contra de lo que marca la ley. Ellos consideran ilegal la adjudicación y el procedimiento y, por eso, reclaman la nulidad del proceso.
«El concurso público de los contenedores es el mismo», aseguró el responsable jurídico de Geregras, Carlos López, «por lo que si los juzgados nos dan la razón a nosotros, supondría que también se anularía la adjudicación de los contenedores», aseguró. «El Ayuntamiento no se va a arriesgar a montarlos, para que luego tenga que retirarlos e indemnizar a la empresa», añadió.
Mientras tanto, ¿qué hacer con el aceite usado? Pues hasta que de nuevo se coloquen los depósitos la opción que nos queda es llevar los residuos hasta los distintos puntos limpios de la ciudad: Los Olivos, en el Polígono Industrial Calonge; Los Pinos, frente a la fábrica de Persán; Los Naranjos, en el cruce de la carretera de Su Eminencia con la de Sevilla-Utrera; y La Jacaranda, en la carretera Sevilla-Brenes. La recogida de aceite usado fue una iniciativa que incluso permitió a Lipasam hacerse con el Premio Bioenergía Oro 2010, que convoca para toda España la Asociación Técnica para la Gestión de Residuos y Medio Ambiente (Ategrus). Sin embargo, ahora el ciudadano que quiera ser cívico no le queda otra que hacer kilómetros.
