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'Listerías' de los feriantes

Sevilla es (o era) campeona del mundo de una cosa que ni París, Londres o Roma la superan, y no me estoy refiriendo a otra cosa que a la "medida". Inventó los doce varales, inventó el respiradero, el moldurón y la canastilla.

el 15 sep 2009 / 02:47 h.

Sevilla es (o era) campeona del mundo de una cosa que ni París, Londres o Roma la superan, y no me estoy refiriendo a otra cosa que a la "medida". Inventó los doce varales, inventó el respiradero, el moldurón y la canastilla, inventó el besamanos de la Macarena, el del trono arriba, escalera alfombrada y la Virgen de pie abajo, inventó la feria de abril (no de mayo) de martes a domingo, repito de martes a domingo.

Tanto largar los puristas de las cofradías de vísperas, tanto ronear con el consabido "para mí, la Semana Santa empieza con La Paz en el Porvenir" y no pían del desmadre y "desmedida" de una feria anticipada y maratoniana que distorsiona la imagen de la ciudad y de la verdadera fiesta. Aquí ni el pescao del lunes, que es un invento de antié (antié en Sevilla es que lleva de veinte a treinta años), ni los fuegos artificiales del domingo tienen tradición. El pescao lo impusieron los feriantes para ganar más y, además, por contraposición al de las hermandades durante la cuaresma, no vale un duro, está una jartá de malo (como que lo fríen ellos). Los fuegos creo que lo regalaba Valencia para después cobrarlo. También se ha puesto de moda el guiso, paella o potaje del mediodía del domingo, otra listería más para incrementar el bolsillo de los patrones de las casetas que, bajo la careta de invitantes, te cobran la bebida, los whiskies y los gin-tonics (a 5 euros por los menos el pelotazo) de después. En fin, es una pena que una cofradía con dinero a espuerta ponga un palio de veinte varales.

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