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Llamamiento a la paz

Toda Sevilla está citada esta noche en Los Perdigones para formar juntos el símbolo de la paz a la luz del fuego de las antorchas.

el 24 sep 2010 / 21:34 h.

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Tres mil personas con teas encendidas formando el anagrama de la paz en la Macarena. Todo un plan para esta noche. ¿Se pasarán de optimistas los organizadores o tendrán que ir a un chino de guardia a por más antorchas? Ahí es donde entra en juego la impulsiva, solidaria, intrépida (cuando se pone), bullanguera en todo caso, imprevisible y animosa Sevilla. Proyecto Ávalon, una sociedad filantrópica y pacifista con sede en Córdoba, ha sido la autora de esta convocatoria que aspira a ser, visualmente, lo más parecido a un grito. El lema: Paz ahora. Si alguna vez se le pasó por la cabeza apuntarse a algo, hoy podría estar de suerte.

Lo dicen los promotores del acontecimiento: aquí de lo que se trata es de dar una señal al mundo, de entender que la paz es más que un bonito propósito de la gente buena: es una causa. Antiguamente, todo el que tenía una causa se armaba para el combate; hoy, con la paz por bandera, el armamento es la unidad del género humano, tanto en lo intelectual como en lo espiritual, contra la guerra y toda forma de violencia. Como es probable que esté usted esencialmente de acuerdo con el planteamiento, sepa que lo de esta noche en el Parque de los Perdigones no va a ser sólo la conformación del aludido símbolo entre todos. También tendrá mucho de fiesta, con homenajes, música y buen ambiente, según cabe esperar dadas las circunstancias.

No se pierden en circunloquios los de Proyecto Ávalon: "¡Únete a esta iniciativa y trae a toda la gente que puedas!" No es mala idea, habida cuenta de lo bien comunicado que está el lugar como punto de encuentro: por un lado, el Puente de la Barqueta y Torneo, puerta de la ciudad para quienes bajan del Aljarafe por el Alamillo y Triana; por el otro, esa Resolana repleta de líneas de Tussam, entre ellos varios circulares (con parada reguladora allí mismo, en Los Perdigones). En resumen, que quien no va es porque no quiere.

El programa de actos queda expresado sucintamente como sigue: la activista pacifista Jan Rose Kasmir (quien por cierto recibirá un premio), curtida en mil protestas por la paz y contra la guerra desde los tiempos de Vietnam, se encargará de prender la primera de las antorchas, que pretende ser una metáfora de la esperanza común en este objetivo. Se formará el anagrama entre todos los presentes y luego se celebrará con música. La idea es que los cantantes y actores de la compañía escénica musical del Proyecto Ávalon interpreten varios de los temas del musical La Carta de la Tierra, una obra que se estrenará en Sevilla y Granada a mediados de otoño.

Y ahora viene lo bueno: pararse a pensar. Dice el preámbulo del acta de constitución de la Unesco: Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz. Por si necesitaba un empujón.

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