El presente invierno, que finalizará mañana sábado, fue el tercero más lluvioso desde 1947, después de los inviernos de 1978-79 y 1995-96 de modo que, a diferencia de lo que había sucedido en las anteriores estaciones, en su conjunto tuvo un carácter "muy húmedo a extremadamente húmedo", según informó el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Ángel Rivera.
La primavera, según se desprende de la predicción estacional, no parece que vaya a traer sorpresas en cuanto a precipitaciones ni temperaturas, que se situarán en los valores normales de esta época del año, después de un invierno lluvioso y frío.
Rivera explicó también las situaciones más significativas que se dieron este invierno, entre ellas, la denominada "ciclogénesis explosiva", un fenómeno extremo que barrió la Península de suroeste a noroeste entre el 25 y el 28 de febrero y que produjo vientos de hasta 182 kilómetros por hora, fuerte oleaje e intensas lluvias en todo el país.
"Es difícil recordar un temporal tan fuerte" como este, subrayó el portavoz de la Aemet.
En cuanto a la predicción para la primavera, que "no tiene una fiabilidad elevada", Rivera señaló que "se corta un poco el régimen de precipitaciones" del invierno, que se situarán en torno a los valores normales, salvo en zonas del levante y Baleares, del suroeste peninsular y de Canarias, donde pueden estar ligeramente por debajo de lo habitual.
Tampoco se aprecian "señales significativas" ni en la Península ni en Baleares respecto a las temperaturas, por lo que lo más probable es que se sitúen alrededor de los valores normales, aunque en Canarias se prevé una "clara" tendencia a que el termómetro suba por encima de lo normal de cada año.
A pesar de una percepción general de un invierno muy frío por la preponderancia de lluvia y viento, Rivera aseguró que las temperaturas medias sólo se quedaron dos décimas por debajo de su valor medio normal.
