Cuentan las crónicas que Juan Sebastián Elcano llegó al puerto de Sevilla con tan sólo 17 hombres el 8 de septiembre de 1522. Los marineros que bajaron por la ribera del río hacia Triana en el 92 son sus descendientes. Vinieron para rememorar la vetusta tradición que se hereda como el apellido.
El público les aplaudió nada más tocar tierra. Se oyeron cañonazos, trabucazos y los héroes iniciaron con paso fantasmagórico, cargados de cadenas y casi reptando, el camino hacia la iglesia de Santa Ana, donde la virgen y la multitud esperaban ansiosas.