Local

Lleno hasta la bandera en el festivo local del primer día de Feria

Aceras atiborradas de paseantes, casetas atestadas, paseo de caballos y de enganches saturado en hora punta... El festivo local del martes de Feria propició un lleno hasta la bandera en el recinto ferial de Los Remedios. El Metro se han convertido en el cacharrito preferido de los feriantes.

el 16 sep 2009 / 02:00 h.

TAGS:

Aceras atiborradas de paseantes, casetas atestadas, paseo de caballos y de enganches saturado en hora punta... El festivo local del martes de Feria propició un lleno hasta la bandera en el recinto ferial de Los Remedios. El Metro se han convertido en el cacharrito preferido de los feriantes.

Es cómodo, rápido, no precisa buscar aparcamiento y, encima, sabes que de vuelta a casa lo único que tendrás que soplar son esos globos gigantescos que ofrecen a los niños en la Calle del Infierno. A sólo un mes mal contado de su inauguración, el Metro se ha erigido en el recurso perfecto para desplazarse hasta la Feria desde enclaves como la Gran Plaza, Montequinto o el Aljarafe. La prueba, el récord de viajeros registrado por el suburbano desde la tarde del lunes del alumbrao hasta las ocho de la mañana de ayer. Como sardinas en latas bajaban a mediodía de ayer los usuarios del Metro desde las estaciones de Mairena y de San Juan. Aunque el servicio especial de Feria de Tussam desde el Prado no le ha ido a la zaga, transportando en la noche del pescaíto a un 20% más de viajeros que el año pasado.

Y aunque por la mañana cayeron unas gotitas, a esa hora en la que la lluvia apenas molesta, la Feria fue ayer un auténtico manicomio. Exprimiendo al máximo el carácter festivo local de la primera jornada de farolillos, los sevillanos tomaron al asalto el Real de los Remedios desde bien temprano en un día de intervalos nubosos, temperaturas agradables -nadie cargó con el paraguas- y de escasas incidencias, salvo las lógicas riñas entre la lonas rayadas de las casetas y alguna que otra caída del caballo.

Pedir una ración de filetes "pa los niños" en cualquier caseta a la hora del almuerzo podía convertirse en una heroicidad, a la que sólo podía uno hacer frente armado de más paciencia que el santo Job. Los mostradores de las casetas tenían más cordones de seguridad alrededor que la reja de la Blanca Paloma esa madrugá del lunes. Codazos había para hacerse un huequecito en cualquier mesa, repisa o barra donde al menos apoyar el vaso y la media de croquetas.

A la hora punta, la cola de carruajes para entrar por los cuatro accesos autorizados a la Feria era considerable, y eso que ayer sólo les tocaba entrar a las matrículas impares.

Gente, gente y más gente. Y no sólo de Sevilla. A los guiris se les caza rápido. A todos les ha dado por comprarse este año los somberos de cow-boys que venden en los puestos. Además, disparan con sus cámaras a todo lo que se menea, especialmente, al paseo de caballos y enganches, muy animado en el día de ayer, como atestiguaba Diego López, cochero de Gabriel Rojas, que, ataviado a la usanza del Tempranillo, guiaba con maestría una media potencia (tres caballos delante y dos detrás) haciendo sonar las ruedas de madera de la carretela y los cascos de los animales casi a compás sobre los adoquines del Real. Es la otra banda sonora de la Feria de Abril.

Otro que no perdía ojo del paseo de caballos era Curro, un "gitanito" de 24 años que, apostado con su cámara bajo el paraguas eléctrico del cruce de Pepe Luis Vázquez con Juan Belmonte, intentaba ganarse unos euros inmortalizando a caballistas y a pasajeros de los carruajes. "La foto vale 7 euros, tanto la instántanea, como la de correo certificado, pero como la cosa está muy mala, si me aprietan, la dejo a 5 o 6 euros". Y no le iba mal el negocio. Tampoco podían tener queja ayer los feriantes de las atracciones en una Calle del Infierno atestada de familias con niños. Hasta colas había que esperar en algunos cacharritos para que el niño no se fuera llorando a casa. Los precios: desde los 3 euros de los coches-tope infantiles, a los 3,5 del Súper Dragón o los 4 de los caballitos ponis. Aunque siempre queda la alternativa del algodón dulce: a 2,5 euros.

  • 1