Todos los grupos del Congreso, excepto el PSOE, criticaron ayer las "formas" del Gobierno al anunciar la salida de Kosovo y alertaron de sus consecuencias ante los aliados, augurios que José Luis Rodríguez Zapatero rebatió afirmando que España genera confianza y sigue afianzando su presencia internacional. Zapatero reiteró que la decisión del repliegue de las tropas no va a tener consecuencias negativas en la imagen de España ante los aliados, que sigue siendo la de un país "fiable", y recomendó a quienes creen que repercutirá en las relaciones con EEUU y Barack Obama que "no se entusiasmen mucho con esa idea".
De hecho, les emplazó a estar "atentos" a lo que suceda en el Foro de la Alianza de Civilizaciones que tendrá lugar en Estambul los días 6 y 7 de abril, al que acudirá el presidente estadounidense. Sin embargo, el líder del PP, Mariano Rajoy, tachó de "lamentable" y "catastrófica" la forma en la que se comunicó la retirada, y sostuvo que España resulta "poco fiable" y "cada vez más imprevisible" como socio de la Alianza Atlántica.
Por la crisis también se llevó el presidente otro buen puñado de críticas, aunque Zapatero insistió en mostrar su "plena confianza" en que España saldrá "con fuerza" de la crisis y se retomará la creación de empleo, y en esta sesión tuvo que responder tanto a CiU como al PNV sobre las pesimistas apreciaciones que el Nobel de Economía 2008, Paul Krugman, hizo sobre el futuro económico del país. Zapatero criticó que los dos partidos nacionalistas le preguntaran por Krugman en lugar de por la gestión del Gobierno, y en cualquier caso consideró que cuando el economista estadounidense hablaba del "terrorífico" o "aterrador" futuro de la economía, se refería a la mundial, y no a la española. En la misma línea se manifestó la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, cuando afirmó que el país superará esta mala coyuntura, y lo hará, subrayó, "con o sin la ayuda" del Partido Popular.
