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Deportes

Lo dieron todo pero la pelotita no quiso entrar (0-0)

Los hombres de Antonio Álvarez tuvieron ocasiones que no pudieron materializar para hacerse con los tres puntos ante su afición. Negredo y Konko estrellaron el balón en el larguero.

el 12 sep 2010 / 20:56 h.

Jesús Navas, en un lance del partido. Paco Puentes

Cuando la pelotita no quiere entrar, pocas cosas se pueden hacer más que esperar un golpe de suerte, precisamente lo que le faltó al Sevilla frente al Deportivo. Injusto castigo para un equipo, el de Antonio Álvarez, cuyos jugadores lo dieron todo hasta el final y se hicieron acreedores de la victoria con todas las de la ley. Pero no era su noche. Negredo y Konko, el primero en el tramo inicial del choque y el segundo tras la reanudación, vieron cómo el larguero impedía hasta en dos ocasiones el gol del Sevilla. Perotti, Jesús Navas, Kanouté, Zokora... Muchos fueron los que lo buscaron y todos los que carecieron de la puntería necesaria para batir a un gran Manu y firmar la segunda victoria consecutiva en Liga.

Por mucho que quiso y expuso, al Sevilla le costó la misma vida hincarle el diente al equipo de Miguel Ángel Lotina. Sin el lesionado Cigarini, con Renato en el banquillo junto a Luis Fabiano y dos delanteros (Kanouté y Negredo) sobre el césped, los nervionenses intentaron ganar por la vía rápida. Imprimir un alto ritmo al juego partiendo de una buena anticipación en defensa fue su guión. Zokora y Guarente, desde el doble pivote, intentaron agilizar la circulación del balón y dar vida a las bandas. Cuando lo hicieron, Jesús Navas y Perotti sacaron su calidad y crearon peligro.

Pero no pueden hacerlo todo. Kanouté -más que discreto- y Negredo intentaban cazar algún centro, un pase entre líneas... La mejor ocasión del Sevilla en la primera parte la firmó el madrileño, que estrelló el balón en el larguero tras cabecear un balón de Perotti. Era el minuto 32, en pleno asedio y después de superar el susto de Adrián en el 4', neutralizado por Palop, atento al disparo en una contra. Salvo esa acción, el dominio sevillista fue claro.

OTRO LARGUERO, MANU... Martín Cáceres, en un doble remate tras el saque de un córner, y Perotti, con sendos disparos cargados de veneno, estuvieron a un suspiro de cambiar el marcador. No acertaron y el Dépor, siempre esperando el error ajeno, siguió vivito y coleando, hasta el punto de que incluso pudo dejar cariacontecido al Sevilla de no ser por el garrafal error de Lopo, solo como la una, en el remate de una gran jugada de estrategia.

Antonio Álvarez refrescó al equipo y dio entrada a Renato, José Carlos y Luis Fabiano para dar un giro de tuerca más al choque. Pero por entonces a muchos compañeros las piernas ya les pesaban demasiado por su esfuerzo. Y de la misma forma que el Dépor arañaba minutos al crono, el Sevilla se desesperaba. Como cuando Konko firmó el segundo cabezazo al larguero del partido (72'). Lo hizo después de que Manu impidiese que Negredo marcara a quemarropa. No era la noche.

 

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