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«Lo difícil en el mundo de la moda no es empezar, es mantenerse»

Eloy Enamorado Díaz / Diseñador de moda. El sueño de Eloy Enamorado va tomando forma en el mundo de la moda, con iniciativa, originalidad y arrojo, este joven nacido hace 23 años en Burguillos va conquistando sus objetivos.

el 21 mar 2014 / 09:45 h.

15601052 Es un chico valiente, dice su madre; un emprendedor que está luchando por su oportunidad y tiene el respaldo de su familia. Es fiel al estilo y a la filosofía que propone en sus colecciones, valora Antonio Cuesta, un amigo de la infancia. Lo que hace, lo hace con talento, armonía y buen gusto. El ejemplo de Eloy Enamorado lo citan también entre los vecinos de Burguillos como referencia para los jóvenes: o tenemos imaginación o nos quedamos sin salidas, resume Domingo Delgado, alcalde de Burguillos. Trabaja, estudia, y aún le sobra tiempo para soñar, crear, y crecer diseñando su futuro. ¿Con qué apoyos cuenta un joven que apuesta por dar el primer paso como diseñador en el mundo de la moda? Tengo un trabajo que me permite disponer de unos medios económicos que aunque sean muy bajitos me dan la estabilidad para seguir adelante y poder hacer las propuestas como me gustan, y tengo muchos amigos que me ayudan en el ámbito de las Bellas Artes, o de los bordados, para conseguir el acabado y las calidades que quiero. ¿Son unos comienzos difíciles? Para mí empezar de cualquier forma no vale. Cuando haces una colección piensas en lo que te gusta, y suelen gustar las cosas que están trabajadas, aunque cueste dinero porque siempre lo hecho a mano es más caro. Entiendo que tienes que invertir tiempo y recursos para poder llegar donde te propones haciendo lo que te gusta. ¿Cómo se logra llegar de la nada a presentar en las pasarelas andaluzas una colección de moda flamenca? Una vez que diseño y plasmo la idea de cada pieza de la colección en el boceto y la describo en la ficha técnica, me busco a los profesionales que pueden llevarla a cabo sin encarecerla demasiado. Mi primera colección de moda flamenca, Con el tiempo, tiene seis vestidos, ha tenido un costo aproximado de 4.000 euros, y son trajes que tienen poca salida comercial. No están pensados para pasearlos en la feria o en el Rocío, son especiales, están hechos para el espectáculo, para llamar la atención. Se han puesto en contacto conmigo artistas, por ejemplo, del programa de Canal Sur, Se llama Copla. ¿Qué supone para una persona que empieza que se reconozcan sus creaciones en los certámenes y concursos de diseño, como la pasarela sevillana We Love Flamenco o el Somaf en Huelva? En Sevilla la moda flamenca tiene mucho auge, en detrimento de la moda actual, y ganar el concurso de jóvenes diseñadores We Love Flamenco me ha abierto muchas puertas. Tengo muchos encargos de particulares para diseñar trajes de novia personalizados. Esto es posible una vez que has llamado la atención. El reconocimiento con un premio sirve para que se vea lo que haces. ¿Cuántas personas toman partido en el proceso de creación de uno de los trajes de esta colección? En el proceso de elaboración de cada vestido pueden intervenir varias personas, y yo como diseñador estoy presente desde el principio, con el diseño y el patronaje, hasta la prueba y el resultado final. Intervengo en las pinturas y en los bordados, supervisando la labor que hacen otras personas especializadas en estas técnicas. Por último, las costureras son las encargadas de hacer el montaje. ¿Qué aspectos sobresalen en tu primera colección de moda flamenca, ‘Con el tiempo’? Destaco la elaboración a mano de cada pieza de la colección y el tiempo que se invierte en hacerlas (en algunos casos es de más de cuatro meses). También sobresale el trabajo con tejidos de calidad, la rica ornamentación en las prendas, lo cuidado de los bordados, y los motivos que van en pintura acrílica… en suma, son unos detalles muy vistos en otros ámbitos que en un traje de flamenca son rompedores. ¿Qué tendencias presenta la nueva temporada de moda flamenca? En mi colección he introducido el estampado floral, el movimiento del volante, ligado con unos tonos muy fuertes de color como el fresa, el azul cerúleo tirando a verde agua, los amarillos y oro más brillantes mezclados con el beige que le da claridad. Unos colores que te dan una sensación a la vista muy agradable para la primavera. Sé que ha gustado mucho de mi propuesta la apuesta por la pintura sobre los tejidos, el bordado en oro con realces, los volúmenes y el relleno, así como el guiño que se hace con motivos típicos del arte sacro que en Sevilla, como en el conjunto de nuestra comunidad autónoma, gustan muchísimo. En otras temporadas se apostaba por colores muy apagados,  ahora vuelven los colores fuertes. El año pasado se pusieron de moda los tonos flúor, y aunque no eran muy de flamenca, algunas colecciones que se presentaron llevaban trajes con estos tonos y fueron premiadas. Una vez que tu colección ha sido aplaudida y reconocida en Jerez, Sevilla y Huelva ¿En qué otras metas trabajas? Mi meta ahora mismo es continuar, seguir adelante. Lo difícil en el mundo de la moda no es empezar, sino mantenerse. Cuando empiezas eres la novedad y tienes cierto reconocimiento. Cuando te dan un premio, además, llamas mucho la atención... pero llega un momento en que todo eso se para. Entonces tienes que tener una clientela que te conozca y que siga confiando en lo que haces. Entre los proyectos que tengo en mente destaca la próxima edición de la pasarela We Love Flamenco de Sevilla, donde me presentaré como diseñador profesional con una colección de veinte vestidos. Quiero hacer de la presentación un espectáculo propio y original, tener música en directo, y hacer una apuesta más personal que no pude hacer en el certamen de jóvenes diseñadores. Al margen de esto, otro de mis objetivos es llegar a Cibeles. Estoy viendo la manera de poder hacer mi presentación en esta pasarela con una colección prêt à porter, de moda actual. Contar con un taller propio, ¿Es una posibilidad hoy por hoy a tu alcance? Una vez que termine los proyectos que tengo en marcha para este año, a corto plazo, estaré centrado en la puesta en marcha de mi taller en un local de Burguillos que ya tengo preparado, donde trabajarán las costureras, mientras mantenga el volumen de trabajo, formando parte de este emprendimiento.

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