Economía

'Lo más demandado por los turistas, tras la Catedral y el Alcázar, es el bus'

El administrador único de Sevirama asegura que la crisis llegó al sector de los autobuses turísticos a finales de 2008 y que ahora toca aguantar. Por ello, confía en que los que visiten Sevilla no descarten un paseo encima de uno de sus vehículos.

el 16 sep 2009 / 01:52 h.

-Un ingeniero de caminos al frente de una empresa de autobuses turísticos. ¿Cómo encaja eso?

-Por casualidad, aunque sigo ejerciendo como ingeniero. Hace 20 años un amigo quiso montar la empresa y necesitaba que un socio inglés del sector le ayudara, pero no sabía el idioma y me pidió que fuera su traductor. A cambio, me regaló una participación en la empresa del 5%. Cuando nació, en 1990, no había ninguna firma en España dedicada a los autobuses turísticos con techo descubierto. Fuimos pioneros.

-¿Supuso eso un problema?

-Sí, como en cualquier sector cuando algo es desconocido. Sobre todo tuvimos problemas legales porque no había legislación para esta actividad. Eso hizo que mi amigo me pidiera más ayuda y que me volviera a regalar otro porcentaje. Después de la Expo 92, la actividad decayó, porque el turismo se vino abajo. Entonces le compré las acciones. Fue una época difícil pero la superamos con la ayuda, tanto financiera como de conocimiento, de la empresa inglesa.

-Tiene experiencia ante las crisis. ¿Cómo valora la actual?

-Ésta es mucho peor. Nadie sabe hasta qué punto es grave, ni siquiera Zapatero, Sarkozy u Obama, porque desconocen aún en qué momento de la crisis nos encontramos y cuál va a ser la salida.

-¿Cuándo comenzó Sevirama a notarla?

-A finales de 2008 llegó a todo el sector, pero ya todo el mundo hablaba de ella. Hicimos un plan de ajuste para reducir gastos y así ajustar la actividad a la demanda. Nos adaptamos de manera que nunca nos coge con más o menos buses y trabajadores de los necesarios. Hay que tener en cuenta que es un negocio muy variable. En Sevilla, las estaciones fuertes son primavera y otoño, por eso hay que tener flexibilidad, porque la actividad sube y baja permanentemente. El comienzo de año fue especialmente malo.

-¿Y cómo va la primavera, con las fiestas?

-El día a día ha bajado, pero en las fiestas, como la Semana Santa o el puente de San José la actividad fue muy similar a la de otros años. Ahora con la Feria esperamos que suceda lo mismo. Eso sí, el buen tiempo para nosotros es fundamental.

-¿Teme que lo primero que recorten los turistas sea el bus?

-Espero que no, pero por una razón técnica. Hemos comprobado que la actividad más demandada por el turista cuando viene a Sevilla, aparte de visitar Catedral y Alcázar, es el autobús. Y lo sabemos por las tarjetas turísticas, que son como un fondo para gastar en distintas actividades. Uno tiene la esperanza de que el turista prescinda de otras cosas.

-¿Cuál es el perfil del cliente?

-En un 40% o 50% es turismo nacional y, de los que vienen de fuera, suelen usar el servicio alemanes, ingleses, franceses e italianos. El turista, por la difusión internacional, tiene claro el concepto de que la mejor manera de llevarse una visión general de la ciudad es a través del autobús.

-¿Dónde está presente?

-Hemos estado en varias ciudades, pero ahora mismo sólo en Sevilla. Tuvimos autobuses en Madrid, Jerez de la Frontera, Cádiz o Chiclana, pero ya no. Tenemos ahora un contencioso con el Ayuntamiento de Cádiz por las condiciones en las que sacó el concurso de explotación. Ahora, como están las cosas, no pensamos llevar el negocio a más sitios.

-¿Y cómo se plantea la competencia entre el bus turístico y los coches de caballos?

-Cuando iniciamos la actividad, al ser algo nuevo, pensaban que estábamos entrando en su negocio y durante muchos años tuvieron una oposición fuerte a los autobuses turísticos. Ahora entienden que, aunque ofrecen un servicio similar, es distinto a la vez. Ellos tienen más suerte. Pueden llevar a los turistas por los sitios más vistosos. Pero no pueden, como nosotros, enseñar La Cartuja. Cada uno enseña una parte de la ciudad. No somos competencia directa.

-¿Qué posibilidades tiene como valor añadido?

-Es una oportunidad para transmitir un mensaje en el caso del Ayuntamiento. Si quisiera, podría informar a través de nosotros que en 2012 La Caixa va a construir un centro cultural en las Atarazanas o que viene a Sevilla la iniciativa Fútbol por la Paz. Hay que tener en cuenta que durante una hora tenemos la atención del turista y a nosotros no nos costaría implementar esta solución. Además, al sólo dejarnos hacer dos paradas, se pierde la oportunidad de transmitirle a la gente que Sevilla es algo más que la Giralda o la Catedral porque no podemos dejarlos en otros puntos de la ciudad, como La Macarena.

-¿Planes para el futuro?

-Sobrevivir, y con eso es bastante, porque la crisis es muy gorda y lo peor está por llegar.

  • 1