Cultura

Lo nuevo del Circo del Sol llegará a Sevilla en 2011

el 29 nov 2010 / 19:28 h.

El espectáculo Corteo llegará a Sevilla el 8 de septiembre de 2011 en el Charco de la Pava, dentro de una gira española que arrancará el 2 de abril en Madrid -en el Escenario Puerta del Ángel- y pasará también por otras ciudades como Valencia, donde está previsto su estreno el 15 de junio en el Campus dels Tarongers de la Universidad de Valencia.

La siguiente cita será en Alicante, donde se estrenará el 27 de julio en el Recinto Ferial de Rabassa. Actualmente, la compañía está de gira en Moscú y, antes de llegar a España,      visitará Bruselas y Viena.


Corteo se estrenó en Montreal en 2005 y desde entonces ha visitado 34 ciudades de cuatro países diferentes en todo el mundo. Este poético show ya ha sido visto por más de 5 millones de espectadores.

El circo también es teatro y, por ello, Cirque du Soleil ha apostado en su nuevo espectáculo, Corteo, por una función más cercana a la vez que novedosa en la que se muestra al espectador la cara más humana de esos personajes que a menudo nos parecen como salidos de otro planeta.

Y es que, además de deleitar al respetable con saltos de vértigo, acrobacias de infarto o equilibrios perfectos sobre escaleras, la gran familia circense que hace soñar a mayores y pequeños bajo esa enorme carpa que ya ha recorrido 300 ciudades -desde 1984-, está formada por personas de carne y hueso que, si bien sus dotes para realizar complejos movimientos o hacer malabares con todo lo que caiga en sus manos -anillos, aros y mazas- los convierten en unos fueras de serie, también tienen mucho que decir al público a través de sus miradas, susonrisa, sus palabras e incluso sus lágrimas.

Así, como trasfondo de una increíble danza sobre una fina cuerda en pendiente y a 12 metros de altura, o como telón de fondo de un espectacular número de mujeres acróbatas alrededor de candelabros colgantes, la historia de Corteo retrata la cara más humana y melancólica del circo a través de un payaso que sueña con su funeral.

Pero éste no es un funeral cualquiera porque, como buen fantasioso, el cortejo -Corteo en italiano- de Mauro se celebra en un ambiente de carnaval. Así, plasmando ese mítico duelo entre la vida y la muerte que ya se proyectaba en los primeros circos de los romanos -quienes dieron nombre a tal espectáculo público de entretenimiento-, acompañan al protagonista de este fantástico sueño el payaso de blanco, un personaje muy preocupado por las apariencias que le abre a Mauro la puerta hacia la magia del circo; el silbador fiel, que hace las veces del tradicional jefe de pista; la simpática payasa; el pequeño payaso, enamorado de la anterior y de carácter alegre, bromista y algo pícaro; el payaso gigante, cantante de ópera que es como un hermano para Mauro; el pequeño ángel, que es quien enseña al payaso soñador a volar; y el payaso de agosto que, al contrario que el payaso de blanco, es dinámico y muy patoso.

Pese a que puede resultar complejo a priori contrastar la realidad con las imágenes de ensueño, la humanización de los artistas se ve potenciada por la indumentaria de la obra, en la que se presentan trajes más cercanos a la ropa de calle normal que a la extravagancia o el glamour, con el fin de realzar la belleza natural del artista.

También juega un papel clave en este sentido el maquillaje, el cual está basado en el realismo, con el firme objetivo de presentar a unos personajes que no se esconden bajo la pintura de sus rostros y que se convierten en fieles mensajeros de etapas de la vida como la niñez o la vejez, con las que el espectador se verá reflejado y se sentirá cómplice.

Así, los personajes de Corteo no son fruto de la ficción sino que han salido de las caras de los propios artistas. El resultado: "payasos que no dan miedo sino a los que los espectadores quieren abrazar", afirma Nathalie Gagné, diseñadora de maquillaje.

Por último, con el fin de que los distintos acordes vayan contando al mismo tiempo la trama, la música también es un elemento fundamental y muy activo en Corteo. De hecho, los responsables musicales de la obra afirman que "hay una relación directa entre los movimientos de los intérpretes y la música que suena", ya que esta función "está llena de estados de ánimos musicales. Y es que, la música opera en este show, refleja su vertiente teatral y es una parte integral del lenguaje de comunicación con el público", asegura Maria Bonzanigo, compositora y directora musical.

Parta ello, Cirque du Soleil suena a moderno y actual pero con vestigios de la antigüedad, introducidos con instrumentos que ponen el toque medieval. También predominan en la interpretación ritmos africanos, asiáticos y latinos.

La trama se desarrolla en un mundo lírico, concretamente en una zona imaginaria situada entre el cielo y la tierra. Físicamente, el espacio cuenta con un escenario giratorio que hace que el público vea la galería de asientos de enfrente además de la pista de representación, sistema que supone también una novedad en el espectáculo.

Además, el atrezzo cuenta como fuentes arquitectónicas con la catedral de Chartres y el laberinto de su pasillo, estructura que pretende reproducir el camino de la vida, en el que "para encontrarse hay que perderse", explica Daniele Finzi, director y creador de Cirque du soleil.

Una cultura humana. El circo es puro reflejo de la cultura humana y, más que en ninguna otra empresa, tiene especial valor el capital humano que suponen sus artistas, actores y componentes en general. Ha sido así siempre, desde hace muchos siglos, cuando expresiones corporales ahora asociadas al universo circense como la acrobacia o el malabarismo, prácticas que servían al individuo para manifestar sus creencias religiosas, preparar a los guerreros e incluso competir con la fuerza de la naturaleza, precedieron al propio concepto de circo.

Tras el eclipse que sufrieron las artes corporales con la decadencia de las civilizaciones occidentales, dichas prácticas basadas en el entretenimiento y en la risa como terapia, empezaron a reconquistar su espacio recobrando su espacio en la realidad ciudadana ya en la Europa de la Edad Media, aunque fue en el Renacimiento cuando los artistas circenses volvieron a tomar los pueblos y las calles de muchos países europeos, ampliando incluso el status social de esta cultura.

Y de ahí hasta la actualidad, cuando la técnica está al servicio de la expresión y el circo contemporáneo se caracteriza por la mezcla de prácticas -teatro, música, danza, pantomima, gimnasia, acrobacia- y el matrimonio de culturas -de lo barroco a lo moderno-, un nuevo modelo artístico que reproduce a la perfección la propuesta escénica de Corteo.

En esta nueva iniciativa, los artistas combinan lo lírico e interpretativo con lo espectacular de las acrobacias, todo ello enriquecido por la potente tecnología con la que también cuenta la compañía.

Cirque du Soleil es uno de los grupos circense que no incluyen animales en sus funciones -en Canadá está prohibida esta práctica en los circos-. Así, todo el potencial de la compañía se centra en los actores, que combinan la pasión por el espectáculo con la elegancia y fuerza de sus acrobacias para sumergir al espectador en un mundo teatral de diversión, comedia y espontaneidad.

La gira española. Durante la presentación de la gira española de Corteo en Madrid -contó por primera vez con un número en directo con un avance de dicho espectáculo-, el vicepresidente de Operaciones Técnicas de la compañía, José Ramón Corraliza, señaló que el objetivo de Cirque du Soleil sigue siendo "provocar los sentidos y evocar las emociones" del público, más aún cuando se encuentran en España, país con el que la compañía parece tener una relación especial. "Estuvimos en España por primera vez en 1998 y, desde entonces, hemos mantenido una historia de amor con los espectadores de aquí, con los que conectamos especialmente", indicó Corraliza.

  • 1