Cultura

Tres horas en Dorne

Las puertas del Alcázar se abrieron para asomarnos al reino que se recrea estos días en el rodaje de ‘Juego de tronos’ en Sevilla. (FOTOS DE LOS TUITEROS, VÍDEO)

el 16 oct 2014 / 21:01 h.

Y al sexto día, las puertas de Dorne se abrieron. Dorne, para que nos entendamos, es el reino que se está recreando estos días en Sevilla en el rodaje de Juego de Tronos, que hace su aparición por primera vez en la serie en esta quinta temporada que se empezará a emitir en abril. Pues lo dicho, que al sexto día de trabajo se abrieron a la prensa las puertas de una producción que tiene alterada a su legión de seguidores y que, por eso mismo, la jornada de visita podría resumirse en una frase: «Cuidado con lo que cuentas». Y es que el miedo a que se filtre el más minúsculo detalle rodea a una producción que se caracteriza por los golpes de efecto y las sorpresas brutales. (LOS ACTORES, POR SEVILLA Y OSUNA - FOTOS DE LOS TUITEROS) Un ejemplo. Asistimos al rodaje de una escena en el Salón de Embajadores del Alcázar, en el que uno de los personajes principales de la trama, Jaime Lannister, se va a encontrar con el príncipe Doran Martell de Dorne, que es además el reino en el que está su hija-sobrina (sí, suena espantoso, pero así son las cosas) Myrcella. Primero nos dicen que sí, que se puede decir que es una cena (ningún acontecimiento especial, porque además en esta serie las grandes celebraciones acaban como el rosario de la aurora) y que aparece en ella Jaime. Vale, ¿y podemos contar para qué viene Jaime, que nosotros ya lo sabemos porque nos han hecho una introducción general? Momento de duda, y allá que se van a preguntarle a los mismísimos guionistas y creadores de la serie, David Benioff y Daniel Weiss, que asisten al rodaje. «No, eso no». «¿Veis por qué es tan complicado todo con esta serie?», reflexiona una de las guías de la visita, que viene por Canal +, que emitirá cada nuevo capítulo al día siguiente de su estreno en EEUU. «Es que la gente está pendiente de saber algo y se fija en todos los detalles», apostilla. De ahí que, tras darte la acreditación que no te puedes quitar si quieres superar los diferentes filtros de seguridad, lo primero que te dicen es que ni se te ocurra contar que en la escena puede estar tal otro personaje, porque eso tiene su importancia en la trama y dispararía la imaginación de los seguidores. (FOTOGALERÍA. JUEGO DE TRONOS, EL RODAJE EN SEVILLA) «La visita va a ser caótica pero muy divertida, pero tened en cuenta que el rodaje manda». ¿Qué significa eso? Pues que vamos a tener tiempos muertos porque no se pueda pasar por tal sitio o porque haya que esperar algo, como así ocurre. Más condiciones: sólo un fotógrafo y un cámara de televisión para todos, luego ya se repartirán las imágenes que, por supuesto, primero tiene que estudiar y autorizar la HBO, la productora de la serie. De la HBO, curiosamente, fue directivo el embajador de EEUU en España, James Costos, que tras hablar con la presidenta andaluza, Susana Díaz, de las bases de Morón y Rota y del ébola, pega un salto al Alcázar para asomarse al rodaje. Dice que no, que no habló con sus antiguos compañeros para traerse la serie a España, y recuerda que en los sitios por los que pasa Juego de tronos el turismo se incrementa hasta en un 15%. «Se ha notado un aumento en las reservas de los hoteles, y la gente ya quiere las mismas habitaciones que los protagonistas», refrenda el alcalde, Juan Ignacio Zoido, entusiasmado con el pelotazo publicitario que supone para la ciudad una serie que, asegura, «veo con los niños». En la comitiva de políticos están también la propia Susana Díaz, la secretaria de Estado de Turismo, el consejero de Presidencia... Un momento del rodaje en el Alcázar. / EFE Un momento del rodaje en el Alcázar. / EFE Una vez que han pasado ellos, le toca a los periodistas. Hay una pausa en el rodaje, así que actores y extras están relajados en el Patio del Príncipe y el Jardín de las Flores del Alcázar, donde se ha levantado un par de improvisadas tiendas de campaña entre un guirigai de cables de grueso calibre que serpentea por el suelo. Allí hay varios guardias de Dorne, con sus ropajes azafrán tan vistosos, echándose un cigarrito. Aquí toca otra ronda de instrucciones, y la misma advertencia al final: «Cuidado con lo que cuentas». Por fin llegamos a la antesala del Salón de Embajadores, donde se rueda la escena en cuestión. Jaime Lannister (el actor Nikolaj Coster-Waldau) se presenta ante Doran Martell (Alexander Siddig), cuyo hermano Oberyn, la Víbora Roja, dejaba la serie en una de las escenas más recordadas de la última temporada. Entre otros, están también presentes Ellaria Arena (la actriz Indira Varma, cuyo personaje era amante de Oberyn) y Areo Hotah (DeObia Oparei), capitán de la guardia de Dorne y al que da toda la impresión de que no le hace especial gracia la aparición de Jaime.   ESE NO ESTABA AHÍ La ilusión de los ropajes y el entorno la rompe la treintena de personas que se afana alrededor de los actores, todos con patucos en los zapatos, incluido el director del capítulo, David Nutter. Los creadores, David Benioff y Daniel Weiss, siguen el ajetreo desde una pequeña estancia a oscuras en la que se les ve cómodamente tumbados. Fuera, un actor (que no hemos visto y que no podemos decir que estaba allí, «cuidado con lo que cuentas») toma el sol ajeno a tanto ajetreo. La escena se repite u na y otra vez, sustituyendo los dobles de luces a los actores en estos intermedios. Entre toma y toma, la actriz Indira Varma mira al techo, fijándose una vez más en el repujado arquitectónico que tiene a los guionistas batiendo palmas. «Es imposible recrear una sala que tenga tanto trabajo, te quedas admirado. Ha habido gente que ha dedicado su vida a construir esa estancia, es imposible de reproducir», cuentan a los periodistas, con sus auriculares colgando, en un gesto inhabitual en pleno rodaje. Un momento del rodaje en el Alcázar. / EFE Un momento del rodaje en el Alcázar. / EFE Peter Welter, de Fresco Film Service (el apoyo logístico español), explica que uno de los productores, Frank Doelger, tenía clarísimo que quería el Alcázar para recrear Dorne. «Rodó aquí hace 20 años y lo tenía en mente, desde el primer momento dijo que éste era el sitio». Por si acaso, se buscaron otras localizaciones para ubicar los Jardines del Agua, pero al final llegaron los permisos para entusiasmo sobre todo de David Benioff y Daniel Weiss. «Poder rodar en el Alcázar es una bendición», aunque las escenas son bastante sencillas: en interiores se han utilizado sólo el Salón de Embajadores y los Baños de Doña María de Padilla, el resto han sido exteriores en los jardines. Nada que ver con lo que parece que se cuece en Osuna, allí tiene que se morrocotudo porque hablan de que en España van a rodar las escenas «más ambiciosas que hemos intentado y, con suerte, lo conseguiremos sin fracasar».   EQUIPO LOBO Jaime Lannister se ha presentado tres veces ante Doran Martell cuando nos dicen que se acabó, que hay que irse. En total han sido casi tres horas con el equipo que la HBO ha bautizado como Lobo, que es el que rueda en el Alcázar, terminará hoy de trabajar, mientras en Osuna está que hecha humo el equipo Dragón. El tercero está en Belfast y se llama Cuervo, con lo que hace un guiño a los blasones de las casas nobiliarias de la serie. Más de 200 personas revolotean alrededor del equipo Lobo, entre ellas una decena de extras españoles (son los sirvientes y los soldados), y todo para sacar en limpio cuatro minutos de grabación tras ocho horas de trabajo. La lluvia de estos días, cuenta Peter Welter, sólo les fastidió un poco el miércoles y tampoco es algo que les preocupe en exceso, «en Belfast sí que llueve todos los días», nada que no se soluciones con unos buenos retoques digitales en postproducción. ¿Volverán a Sevilla en la sexta temporada? «Nadie tiene la certeza, pero van a intentar repetir», pero eso será poco menos que secreto de Estado, como dice Welter «el documento del compromiso de confidencialidad que tuve que firmar es casi más gordo que los libros». Y es que el secretismo y la sorpresa son dos grandes armas de esta serie, de ahí que te insistan tanto que «cuidado con lo que cuentas».   LAS FOTOS DE LOS TUITEROS  

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