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«Lo que pase mañana podría reflejarse en Sevilla»

Salvador Cortés quiere marcar un antes y un después en su carrera encerrándose mañana en solitario en Écija.

el 27 feb 2015 / 15:32 h.

Imagen 150227 SALVADOR CORTÉS Todo está a punto. Hay seis toros encerrados marcados con los hierros de Victorino Martín, Los Recitales, Javier Molina, Partido de Resina, Luis Albarrán y Juan Pedro Domecq. La apuesta es fuerte y podría suponer el relanzamiento de la carrera del diestro de Mairena del Aljarafe, que apura las horas que aún quedan para enfundarse el vestido goyesco ideado por la diseñadora ecijana Sofía Rivera, su mujer. —Esos seis toros le esperan en un momento crucial. —Voy a cumplir diez años de alternativa y haciendo un repaso de este tiempo concluí que era el momento apropiado para hacerlo. Me pilla preparado, pero es una tarde cargada de responsabilidad en la que hay que dar el do de pecho para mejorar mi actual situación taurina. —Muchos aficionados han evocado aquel importante toro de Gerardo Ortega que le relanzó cuando se encerró con seis toros en Sevilla. —Aquel fue un año duro y gracias a aquellos seis toros me salvé. La empresa se portó muy bien conmigo. Las cosas no habían salido y apostaron por mí. Volví a cortar cuatro orejas; la Puerta del Príncipe se abrió de nuevo y, de paso, las del año siguiente. Esta ocasión es parecida. Es una corrida importante a nivel personal y profesional y a partir de ella se tienen que arreglar muchísimas cosas. —La fecha del 28 de febrero tiene una brillante historia taurina en Écija. —Écija ha sido una plaza que ha dado muchos toros y tiene una excelente afición que había que recuperar. Había que apostar por ella y creo que todo el mundo lo ha acogido muy bien. Esperemos que las cosas salgan como tienen que salir. —Y hablar de Écija es recordar también ese toro de Gabriel Rojas que te dio tanto en el festival del Pere. —Ese toro fue fundamental. A raíz de ese festival y gracias a ese toro toreé doce corridas. Estaba de sobrero;se echó el mío y me tocó. Fue un animal cumbre al que se le pidió el indulto y una faena grande a pesar de ser un festival. Me sirvió mucho y por eso la gente me espera más. Se me queda la espinita de no poder torear un toro de Rojas mañana. No tenían. Son amigos míos y sé que vendrán a estar conmigo. —¿Sin ese toro fundamental estaríamos hablando de la encerrona de mañana? —Posiblemente no. No creo que hubiera toreado lo que toreé después ni hubiera cogido el mismo ambiente. Pero aquel día también estuve muy bien con un buen toro del Conde de la Maza. El de Rojas fue la guinda. —El caso es que no se va a aliviar demasiado mañana. Es una corrida seria. —Hay toros importantes. Cuando se hace una cosa bien hay que llevarla hasta el final. No podía venir a pasearme. Es un esfuerzo muy grande y cuando se arrastre el sexto todo el mundo tiene que tener ganas de volver. Y a partir de ahí, que funcione el boca a boca. —Hay un guiño a las ganaderías llamadas duras. —Sí, uno de Victorino y otro de Partido de Resina. El de Albarrán es un toro fuerte pero bonito. Al de Molina le tengo una enorme fe, es un jabonero amplio y tiene una reata extraordinaria... Con el cariño y el interés que le han puesto empresa, torero y ganaderos, si no embisten es porque Dios no quiere. —La suerte se ha puesto de cara para llegar a este compromiso con los carteles de Sevilla sin cerrar. —Esos huecos que se han quedado libres pueden ser fundamentales para nosotros. Lo que pase el sábado podría reflejarse en Sevilla. —Han cuidado los detalles y la promoción del evento. Es un camino a seguir. —Es que antes sacabas un cartel y acudía la gente. Hoy hay que dar otras facilidades y hacer saber a todo el mundo que un torero se encierra el 28 de febrero en Écija. Me he rodeado de un equipo muy bueno que me ha permitido despreocuparme. —El ambiente del toreo está muy crispado... —No hay unión y cada uno mira por sí mismo. Se están haciendo cosas raras y feas. El momento es preocupante:toreros que triunfan y no repiten... Esto tiene que dar un cambio o se nos va. —¿Con ganas de que salga ya el primero? —Sí, y también miedo. Son seis toros; estás solo y tienes que solucionar muchas cosas, dentro y fuera de la plaza. Es un esfuerzo sobrehumano. Más allá de cortar las orejas se trata de estar bien, de andar firme con cada toro. Pero estoy preparado para ello.

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