Que el año va a ser complicado no es ningún descubrimiento. Si a las cifras nos atenemos, en el 2008 ha bajado el número de pernoctaciones en Sevilla. Dicho lo cual, la Feria Internacional del Turismo se presenta más compleja que nunca. Acostumbrados hemos estado en estos últimos años a la bonanza económica, a las vacas gordas, a que viviera gente por inercia. Pero ahora se mide hasta el último euro a la hora de buscar destino, y ese es el gran reto.
Donde no llegan los medios (económicos), llega la imaginación, y Sevilla debe presentar una oferta distinta, innovadora, pero marcada por sus tradiciones. A las fiestas primaverales hay que sumar propuestas que salgan de nuestra factoría, y que difícilmente puedan hacer otros. No olvidemos que no hay ni un centímetro cuadrado libre en Fitur, por lo que competencia vamos a encontrar. Si convencemos de que somos buenos, de que contamos con algo único, y de que tenemos cintura para tener turismo a la carta (económico), no nos debe ir tan mal. Cuatro días por delante para ello.
Periodista
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