El famoso director de cine británico, Ken Loach, presentó ayer en Madrid En un mundo libre, su última película en la que se narran los abusos laborales que sufren los inmigrantes en los países de acogida en los que buscan un mundo mejor y encuentran "la explotación y la ilegalidad" como respuesta.
En un mundo libre, que se estrenará en España el próximo 22 de febrero y ha sido galardonada con el Giraldillo de Oro en el Festival de Cine Europeo de Sevilla y el premio al Mejor guión en el Festival de Venecia, está inspirada en "toda esa gente que cruza medio mundo para trabajar y acaban por ser engañados y explotados", aseguró ayer Ken Loach en la presentación en Madrid de la película.
La cinta narra la historia de Angie, la actriz Kierston Wareing, madre soltera de clase media que, tras ser despedida en su enésimo trabajo, decide crear con su compañera de piso Rose una agencia de contratación temporal para inmigrantes. "Queríamos que el espectador hiciese todo el viaje con ella para que comprenda la lógica de esta estructura política podrida", exlicó Loach en relación con la elección de dos mujeres inglesas como las protagonistas del filme en lugar de abordar el tema a través de la mirada de los inmigrantes que se marchan de su país de origen.
En este sentido, Paul Laverty, habitual tándem en el guión con Loach, destacó también la importancia de que el espectador sintiese empatía hacia Angie, ya que "comienza siendo una víctima" y acaba por colaborar con el círculo vicioso en el que se ve inmersa, cobrando a los inmigrantes por un alojamiento insano, restándoles los impuestos para un seguro médico que nunca existió y hasta explotando a gente sin papeles.
Todo vale para ampliar beneficio en un universo en el que se diluyen las responsabilidades y en el que, según indicaron ambos autores y se ve recogido en uno de los diálogos de la cinta, constantemente flota en el aire la pregunta: "¿Y qué más da?".
Loach ha denunciado además que los medios hablan constantemente del "milagro anglosajón" "que sólo se centra en los negocios, la privatización y seguir la política exterior de EE.UU" como el paradigma a seguir, y lo cierto, en su opinión, es que ése no es el camino para lograr la plena integración de estas personas.
"No hay una alternativa política que se ocupe de oír la voz de la gente vulnerable", añadió Ken Loach, que en los ochenta se convirtió en el cineasta británico más censurado y peor distribuido y cuya trayectoria profesional fue reconocida mucho tiempo después con el León de Oro del Festival de Venecia en 1994.
La película, cuya producción es en parte española, se estrenó por televisión en Gran Bretaña antes de acceder a las salas y ha recibido una buena acogida en Francia e Italia.
Loach y Laverty ya hablaron de inmigración en Pan y rosas y Sólo un beso y del mundo obrero en La cuadrilla. En un mundo libre muestran la explotación a la que están sometidos los inmigrantes en el mundo occidental y la mentalidad de esos explotadores. Un punto de vista poco utilizado en el actual cine social en el que se retrata cómo son las personas responsables de esa explotación y que fomentan la existencia de mafias de inmigración ilegal.
