Economía

Lombardero sale de la cúpula y podría dirigir el rascacielos

Consumatum est. Cajasol refuerza a López-Tarruella en una cúpula directiva de la que sale María Luisa Lombardero -la entidad le ha ofrecido o las riendas del rascacielos o cargos en empresas del grupo financiero- y en la que la Obra Social, antes controlada por Navarrete, pasa a depender Pulido.

el 15 sep 2009 / 02:35 h.

Consumatum est. Cajasol refuerza a López-Tarruella en una cúpula directiva de la que sale María Luisa Lombardero -la entidad le ha ofrecido o las riendas del rascacielos o cargos en empresas del grupo financiero- y en la que la Obra Social, antes controlada por Navarrete, pasa a depender Pulido.

Tres horas largas duró ayer el consejo de administración con el que se aprobaba -por mayoría, no por unanimidad- el nuevo organigrama directivo de Cajasol propuesto por su presidente, Antonio Pulido, para, según su versión, dar mayor eficiencia al modo de trabajar y culminar, de una vez por todas, el proceso de integración de las entidades que le dieron vida, El Monte y San Fernando.

Rafael López-Tarruella -recién llegado- asume la única Dirección General que quedará tras la salida de la cúpula directiva de María Luisa Lombardero, hasta ahora directora general gerente de Cajasol y procedente de El Monte, a la que, según fuentes del consejo, se le han ofrecido distintas ubicaciones dentro de la casa "o de su entorno". Y esta matización final incluiría cargos en empresas del grupo financiero e incluso las riendas del rascacielos que construye en Puerto Triana, proyecto que tiene un presupuesto de 270 millones de euros y para el que la caja ha admitido que tendrá que buscar dinero exterior.

La salida de Lombardero, que en su día fuera nombrada directora general de El Monte por el ex presidente José María Bueno Lidón, es la pieza más sonada que ha movido Antonio Pulido al componer un nuevo puzzle directivo que configuran doce miembros, frente a los 21 de antes. ¿Y menos gasto, pues? No. La intención, indicó el presidente al consejo, sería darles otras funciones, siempre y cuando digan sí. "Primero se sentarán a negociar y después se volverá a informar al consejo", zanjaron fuentes de Cajasol.

Pulido, presidente ejecutivo. El vicepresidente, Luis Navarrete, se queda como tal, también con funciones "ejecutivas". Cuelgan directamente de Antonio Pulido una Secretaría General, y en ella sigue Lázaro Cepas, y, esto es novedad, una creada Dirección Institucional y Obra Social, al mando de Francisco Javier Romero y que finiquita pues las dos subdirecciones que antes se repartían esas funciones -una Institucional, con Romero a la cabeza y controlada directamente por Pulido, y otra de Obra Social que tenía a Ramón Antúnez al frente y supervisado por Navarrete-.

También del presidente y del vicepresidente pende el reforzado director general, Rafael López-Tarruella, y de éste, a su vez, siete direcciones generales adjuntas: la de Riesgos, que mide el riesgo de las operaciones de la caja, y que asume se Francisco García Beato, la de Intervención, que evalúa la contabilidad, una actividad para la que se vuelve a confiar en María del Patrocinio Álvarez; la de Organización y Tecnología, otorgada a María de los Ángeles Pérez-Cerezal); la de Medios, encargada de compras y, que se asigna a Feliciano Pérez-Vera; la Financiera, que a Juan Salido mantendrá; la Comercial, donde continúa Miguel Ángel Gutiérrez, y la de Participadas, en la que repite Juan Carlos Ollero. Domingo Utrilla, José Domouso y Francisco Retamero también quedan fuera.

¿Qué trascendencia tiene este nuevo organigrama? Por lo pronto, y al margen de la salida de Lombardero, se refuerza el área comercial, en un entorno económico de especial énfasis en la captación de recursos, se abordan áreas vitales para la fusión, como la tecnológica, y se unifica el grupo empresarial en la persona de Ollero -sale Pablo Cantalicio-, que antes llevaba la ya desaparecida Subdirección para las empresas inmobiliarias, un sector, otrora talón de Aquiles y en el que se centran las estrategias de diversificación.

Fuentes del consejo señalaron que la reunión de ayer "no fue especialmente tensa" y en ella Pulido dejó claro que el organigrama anterior era "transitorio", de ahí que hubiera que "adaptarlo" a las nuevas necesidades que surgen de la integración de El Monte y San Fernando. CCOO, por su parte, recrimió el hecho de que se concentren excesivas decisiones en el área comercial.

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