Cultura

Lope de Vega ‘in love’

España. 2010. Dirección: Andrucha Waddington. Intérpretes: Alberto Ammann, Leonor Watling, Pilar López de Ayala, Juan Diego, Luis Tosar. Guión: Jordi Gasull & Ignacio del Moral. Fotografía: Ricardo Della Rosa. Color. Música: Fernando Velázquez. Duración: Duración: 100 minutos. Apta.Calificación: *.

el 05 sep 2010 / 18:48 h.

Hay algo que, desde casi el comienzo de la proyección de Lope, no termina de funcionar. Y no tiene que ver con el hecho de que la cinta no sea capaz de desprenderse del tufillo a telefilme de mucho presupuesto que la impregna de principio a fin (al que volveremos después) sino con que guionistas y director pretendan vendernos la originalidad del enfoque con el que se acercan a un corto período de la vida del poeta y dramaturgo español cuando, hace doce años, John Madden y Tom Stoppard ya lo hicieran, y con mucha mayor fortuna, en Shakespeare enamorado, una cinta cuya alargada sombra se proyecta, de una forma u otra, sobre esta producción que, aunque sigue de forma más o menos fiel ciertos aspectos de la biografía del inmortal español, no puede ocultar las fuentes de las que bebe: al centrar sus miras en la relación amorosa de Lope con Elena e Isabel, el filme discurre por senderos demasiado parecidos a aquellos que exploraba el filme protagonizado por Fiennes y Paltrow, algo que también evidencian esos momentos en los que se insertan en los diálogos declamaciones poéticas como la del famoso Soneto de Repente.
Otro de los principales problemas que acusa Lope es lo mal que Antena 3 la ha vendido: olvídense de todo lo que hayan podido ver en los avances con los que la cadena televisiva ha saturado las últimas semanas de su programación, Lope no es una cinta de aventuras (aunque tenga un par de secuencias de duelos de espadas) y mucho menos una de acción, quedando enmarcada mejor como un drama romántico de época.
Pero no todo resulta desdeñable en Lope, y hay tres aspectos que son de resaltar. El primero es que, aunque como decía antes, sea imposible deshacerse de la sensación de estar viendo un telefilme, el diseño de producción consiga trasladarnos de forma inequívoca al siglo XVI. El segundo se debe únicamente al carisma que desprende Alberto Ammann, que demuestra que su gran labor en Celda 211 no fue flor de un día y se perfila como uno de los más atractivos intérpretes del cine español actual. Y el tercero y último corre por cuenta del compositor Fernando Velázquez, cuya inspirada partitura conforma la mejor baza de la película con momentos magistrales como aquél en el que Lope descubre su amor por el teatro entre bambalinas. Pura magia. 

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