Manuel Ruiz de Lopera ingresó en la mañana de ayer en la Clínica de Fátima por una neumonía, según informaron a este diario fuentes cercanas al dirigente bético. El máximo accionista del Real Betis fue sometido ayer a numerosas pruebas para combatir esta afección respiratoria.
El rumor de una hospitalización de Manuel Ruiz de Lopera se difundió como un reguero de pólvora por la ciudad de Sevilla desde temprana hora de la mañana. Estos rumores fueron creciendo hasta que los medios oficiales de la entidad decidieron proclamar que al máximo accionista se le había detectado una afección respiratoria después de que se realizara un chequeo rutinario. No ha sido del todo así.
Fue el pasado martes cuando Lopera llamó de urgencia a Tomás Calero, jefe de los servicios médicos, al encontrarse indispuesto en su domicilio particular. Calero encontró a Lopera en malas condiciones, hasta el punto de que rápidamente ordenó que se le realizaran una serie de pruebas en el día de ayer en el hospital. El miércoles lo pasó el dirigente con un tratamiento de urgencia, con fiebre y muchas molestias a la hora de respirar.
Lopera ingresó en la mañana de ayer en la Clínica de Fátima y allí se le detectó que padece una neumonía, según fuentes muy cercanas al máximo accionista. Éste estuvo en todo momento acompañado del jefe de los servicios médicos y del doctor Mora, médico internista que ya estuvo tratando la pasada semana la fuerte afección en la garganta que padeció el jugador Achile Emana.
Lopera fue ingresado "con pronóstico reservado" según afirmó a esta diario el propio Calero y después de las pruebas realizadas se decretó que permaneciera en la clínica al menos hasta hoy a pesar de que su evolución era favorable. Así se informaba en la noche de ayer y será a las doce y media de hoy cuando los servicios médicos de la entidad ofrezcan otro parte con el estado del consejero delegado, al que se le siguieron realizando todo tipo de tests y análisis médicos.
A lo largo de todo el día fueron muchas las muestras de apoyo que recibió Lopera de parte de todos los estamentos del club, desde miembros del consejo de administración hasta cuerpo técnico y jugadores.
Una mala racha. Lopera, que en el próximo mes de septiembre cumplirá 65 años, lleva una temporada algo delicada en cuanto a asuntos de salud se refiere. De hecho, durante el pasado mes de septiembre el consejero delegado se sometió a una importante operación en la columna para corregir un problema de vértebras, lo que hizo que estuviera durante un mes convaleciente.
Lopera se recuperó totalmente de esta dolencia, aunque sus apariciones públicas han sido muy escasas desde entonces, limitándose éstas a puntuales apariciones por el hotel de concentración de los jugadores para incentivarlos, presidir la junta general de accionistas de la entidad o acudir al homenaje del que fue objeto por parte de unos aficionados el pasado mes de enero en el restaurante La Raza.
Curiosamente, fue durante sus problemas de espalda cuando presuntamente se activó el proceso de venta de su paquete de acciones al denominado grupo Bsport. Todo quedó en agua de borrajas. En estos momentos, Lopera sólo piensa en recuperarse de una dolencia que puede paralizar algunas gestiones en un club tan presidencialista como es el Real Betis.