Ya antes del 1-M, Patxi López tenía claro que quería ser el próximo lehendakari. Ahora, tres días después de las elecciones, tiene claro que puede serlo. El secretario general del PSE aseguró ayer que la consecución de un jefe del Gobierno vasco socialista es un "objetivo irrenunciable" y advirtió al PNV de que "ya basta de amenazas".
Patxi López no renuncia a recabar los apoyos necesarios para ser investido lehendakari del próximo Ejecutivo regional. Por eso insistió ayer en que, a pesar de que el PSE-EE es la segunda fuerza política, se siente "absolutamente legitimado para hacerlo". Rechazó las críticas que le formularon los dirigentes del PNV y recordó a este partido que gobierna las diputaciones de Guipúzcoa y Álava a pesar de que es "la segunda y la tercera fuerza política, respectivamente".
Los buenos resultados obtenidos el domingo -el PSE ha subido seis escaños, que podrían ser siete en función del voto en el exterior- le han dado a Patxi López la confianza para subir el tono político y hablar así a los nacionalistas: "Ya vale de amenazas, como si una profecía nos dijera que el PNV tiene que estar en el Gobierno Vasco o, si no, se abrirán los infiernos".
López subrayó que en la oposición "es donde se demuestra la grandeza y el sentido de país de un partido político" y consideró que "no pasa nada" por que el PNV pierda el Gobierno. "Es un partido más y ni Euskadi se rompe ni se va a desestabilizar nada", dijo.
"El país no es suyo. Un gobierno con un lehendakari socialista será un gobierno estable, que generará estabilidad y confianza, que sumará voluntades y contará con todos los sectores sociales para resolver los problemas", añadió, para después animar al PNV a asumir "que es un partido más, que no es el régimen ni la religión de Euskadi. A veces estará en el Gobierno y otras en la oposición, y no pasa absolutamente nada, esa es la grandeza de la democracia".
Patxi López prometió que los socialistas buscarán "el consenso para ser más fuertes y hacer un país unido y estable". El candidato socialista a lehendakari confirmó que se reunirá con el PNV dentro de la ronda que iniciará este partido como formación más votada en los comicios, pero anunció que los socialistas organizarán también su propia serie de encuentros con el resto de partidos. Retomó el discurso del cambio, tan repetido durante la campaña, para decir que en las elecciones del pasado domingo los ciudadanos enterraron "el frentismo y apostaron por el cambio para dejar atrás una década de división y de bloques enfrentados". Por ello, explicó, los electores han premiado con 40.000 votos más al PSE-EE y han castigado al tripartito (PNV-EA-EB), que ha perdido más de 63.000, "por su empeño en dividirnos".
Sobre posibles acuerdos de gobierno, López aseguró que todavía es muy pronto para avanzar posiciones. "El PSE-EE va a buscar todos los apoyos, pero no quiere decir que sea un gobierno de concentración. Puede ser un Gobierno socialista que busca acuerdos para sacar adelante las medidas que necesita este país. Ahí nos sentiríamos muy cómodos", reconoció. En la misma línea habló el lunes el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, quien apostó por un gobierno en minoría en Euskadi.
"Palabras gruesas". El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pidió ayer al PNV fair play (juego limpio) en el escenario postelectoral en el País Vasco y le recomendó "dejar a un lado las palabras gruesas, que normalmente no llevan más que a tener que desdecirse".
Después de que el PNV haya advertido que consideraría una "agresión" ser desbancado del Ejecutivo vasco, Zapatero pidió a los nacionalistas que demuestren "saber estar" a la hora de "asumir procesos de pérdida de la responsabilidad en un gobierno".
El jefe del Ejecutivo consideró "evidente" que el PNV, como todos los partidos, tenía la "expectativa" de "llegar al Gobierno o mantenerse en el Gobierno" cuando se presentó a las elecciones, pero añadió que la posibilidad de ser desbancado "forma parte de la democracia". "Nos ha pasado a todos los partidos alguna vez", apostilló Zapatero.
Resultados. Pero los nacionalistas no lo tienen tan claro. La portavoz del Gobierno vasco en funciones, Miren Azkarate, aseguró ayer que desde el Ejecutivo de Vitoria "no entendemos por qué tiene que haber cambio de lehendakari", cuando el actual, Juan José Ibarretxe, "ha ganado las elecciones con contundencia". La portavoz del Ejecutivo regional eludió dar una opinión acerca del descenso de apoyos recibidos por EA y EB, socios de Gobierno del PNV, y opinó que "esa valoración corresponde a cada uno de los partidos".
Asimismo, la portavoz recordó que Ibarretxe "ha sabido dar estabilidad a la sociedad", con una gestión que ha llevado al País Vasco "a estar en los grados de bienestar actuales, sufriendo las consecuencias de la crisis, pero en una situación mejor que en su entorno".
Así las cosas, el presidente del Partido Popular vasco, Antonio Basagoiti, volvió a tender la mano. Ayer, Basagoiti aseguró que le parece "muy bien" que Patxi López "se atreva a quitar al PNV" porque, a su juicio, es "bueno" para el País Vasco. En este sentido, señaló que su formación está dispuesta a "echar una mano y colaborar".
El líder del PP vasco, cuya formación perdió dos escaños el pasado 1 de marzo con respecto a los comicios de 2005, ha olvidado viejas rencillas y desde el domingo ha suavizado su tono: "Me parece muy bien que [Patxi López] asuma la responsabilidad de gobernar". Basagoiti no comentó la bajada del PP vasco en votos y se centró en los triunfos populares: "Lo importante" es que ha ganado el Partido Popular en Galicia por mayoría absoluta y que el partido "está unido, tira adelante y piensa en mejorar España".
