La subida de los cauces del río Guadalquivir y el arroyo Churre en Lora del Río obligó a desalojar a más de un centenar de familias de sus viviendas, ubicadas en las cercanías de la Alameda del Río, León XIII y la avenida del Castillo, entre otros puntos. Esta actuación se llevó a cabo en previsión de que durante la tarde y la noche llegaran hasta este punto del pueblo las inundaciones.
De hecho, todas las miradas se giran ahora hacia esta localidad y todas las que se sitúan al borde del Guadalquivir, como Camas, La Algaba o Santiponce, por la previsible subida de este río.
La escenas vividas durante toda la mañana, una vez que el alcalde del municipio, Francisco Javier Reinoso (PSOE), anunció la activación del plan de emergencia, calcaban las sucedidas a principios de año, siendo la impotencia y la desesperación el denominador común, ante una situación que vuelve a obligar a los vecinos a abandonar sus viviendas, con el traslado de los enseres y el consiguiente riesgo de perder mucha de sus posesiones.
Durante toda la jornada, los efectivos de la Policía Local y la Guardia Civil, así como miembros de Protección Civil, desplegaron sus servicios por todas las localizaciones con peligro de inundaciones. De nuevo se volvieron a repetir escenas tristemente conocidas: reparto de vallas entre los vecinos, colaboración para el traslado de mobiliarios y elementos de valor, cortes de calles... en definitiva, la misma pesadilla ya vivida durante el pasado mes de febrero y con el miedo en el cuerpo.
