Lleno absoluto en la Pérgola de la Feria y alrededores para oír el pregón inaugural de Lorenzo Silva, el último premio Planeta, quien no defraudó con un discurso franco, natural ¡ay, si nuestros políticos se manejaran así de bien en los atriles! y reivindicativo sin ser estridente. La utilidad de la literatura, la utilidad de la conciencia fue el título del pregón en el que Lorenzo Silva empezó recordando sus más de 30 años de trayectoria literaria, para, entre citas de Marcel Proust (la literatura es comunicación en el seno de la soledad) o Rainer Maria Rilke (He hecho algo contra el miedo: he estado sentado toda la noche, he escrito) esbozar algunos de los motivos por los que muchas personas dedican miles de horas de su vida a encarar la página en blanco y luchar con su talento, y muchas más a leer lo que otros escriben. Asimismo, señaló que la literatura trabaja en dirección contraria a las impresiones de la realidad que recibimos a diario: Frente a la ocurrencia, el pensamiento; frente al espectáculo, la mirada sobre lo invisible; frente a lo fugaz, lo permanente, aseveró. En este sentido, el escritor quiso subrayar que el libro vive un momento difícil, porque el libro no sólo no es ajeno a los problemas de la economía, sino que se encuentra en una encrucijada de futuro incierto. Y acto seguido quiso romper una lanza por todos los gremios que rodean al mundo de la literatura, los cuales parecen haber caído en los últimos tiempos en el desprestigio, cuando no sufren incluso la hostilidad que ha cundido hacia la creación en general, empezando por los propios escritores. El escritor de novelas policíacas Raymond Chandler decía que en la mayoría de las actividades en las que alguien gana dinero, hay un perdedor. La literatura es la excepción que desmiente esa idea, porque el escritor es alguien que siempre añade algo sin restar nada, su trabajo ensancha la realidad, dijo. Los siguientes homenajeados fueron los editores. Yo mismo me he lanzado a editar desde hace seis meses, y puedo asegurar que el grueso de los editores, esa gente capaz de buscar y encontrar el talento escondido y llevarlo a los lectores, hacen una función que merece un respeto, afirmó. También quiso defender a los libreros: En este último año he visto desaparecer librerías que me han acompañado durante dos décadas. Lo lamento porque soy consciente de la cantidad y de la calidad de lectores que han llevado a mis libros, explicó. Y, para concluir, Silva aseguró que aunque la tentación de denunciar la piratería es grande, prefiere resistirla: Primero, porque tengo la impresión de que no es una prioridad. En segundo lugar, porque creo que no debemos confiar en la protección exterior, ni de políticos, ni de jueces, ni de policías. Lo que nos protege, lo único que puede protegernos, son nuestros lectores. Por eso debemos mantener el afecto, el cariño y la lealtad de nuestro público, concluyó Silva, no sin antes volver sobre el citado Raymond Chandler y su célebre frase: Un escritor siempre está comenzando... Tras el pregón, todavía quedaba un buen rato para curiosear y comprar libros, oportunidad que el público aprovechó animado por las espléndidas temperaturas de la jornada festiva. Un estupendo presagio para los 11 días de Feria que hay por delante.