Un día después de que el Gobierno y los partidos políticos vascos reclamaran una condena por el rebrote de la violencia callejera en el País Vasco, la izquier- da abertzale respondió ayer con un comunicado donde marcaban un cierto distanciamiento con estos actos aunque sin utilizar la palabra "condena".
Así, la izquierda abertzale reiteró su "apuesta inequívoca" por "la utilización de vías exclusivamente políticas y democráticas", por lo que consideró que "cualquier acto que rompe esta estrategia se sitúa fuera de la misma". Los dirigentes abertzales insisten en dicha apuesta, "sea cual fuere el móvil de los hechos acaecidos en los últimos días", en un comunicado difundido ayer por la tarde, después de que partidos políticos y representantes institucionales le hayan instado a que se pronuncie sobre los últimos actos de violencia callejera registrados en Euskadi -seis incidentes desde el pasado día 7-, a los que se refiere como "la sucesión de hechos que se están produciendo" y entre los que cita la quema de contenedores.
Estos hechos se han producido, según indicó la nota, "en un contexto en el que la dinámica de reivindicación de los derechos que le son conculcados a Euskal Herria y a los presos políticos vascos se ha convertido en el eje del verano, contando con una gran respuesta movilizadora". "Ello induce a la izquierda abertzale -agregó- a pensar que tras estos actos se esconde una intencionalidad política de romper la dinámica reivindicativa".
Nuevo escenario. Además denunció "la utilización política" que hacen de dichos actos la Consejería de Interior del Gobierno vasco, los alcaldes de "algunos" municipios y "la mayoría" de los partidos y medios de comunicación, lo que atribuyó a un "afán por criminalizar" a la izquierda abertzale y por "mantener la situación de bloqueo ante el nuevo escenario político". Y es que la nota subraya que los líderes abertzales tienen el objetivo de "abrir un escenario de cambio político que deje atrás la situación de conflicto y la negación de derechos democráticos básicos", para lo cual entiende "imprescindible romper con la estrategia de bloqueo en la que siguen parapetados el Estado español y algunos sectores políticos de nuestro país". "Los instrumentos para romper dicho bloqueo" son, a su juicio, "la movilización popular y la acumulación de fuerzas".
Desde el pasado 7 de agosto los radicales han quemado 47 contenedores -los dos últimos el martes por la noche en Vitoria-, incendiado dos camiones en Andoain y atacado una oficina de Correos en Zalla (Vizcaya). Por ello, ante esta situación partidos y Gobierno vasco reclamaron una respuesta. Ayer, antes de trascender el comunicado, el secretario general del grupo del PSE-EE en el Parlamento vasco, Óscar Rodríguez, advirtió a la izquierda abertzale de que "se les está acabando el tiempo y la credibilidad para ser admitidos en el sistema de libertades" por no condenar la violencia. Mientras, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, señaló que el "terrorismo callejero es consecuencia de que Batasuna está engordada por los pactos con EA, por sus manifestaciones en las calles y por las palabras de Brian Currin -mediador profesional y asesor del entorno proetarra-". Y desde el PNV, su presidente en Vizcaya, Andoni Ortuzar, consideró que, con los últimos ataques de violencia callejera, "parece que alguien está echando un pulso o cuestionando el liderazgo de izquierda abertzale", a la que instó a explicar qué significan estos brotes.
