Los fiscales pidieron ayer 76 años de reclusión para los 44 imputados, entre policías, carabineros (policía italiana militarizada) y médicos, acusados de malos tratos y abusos con violencia a los detenidos en el centro de Bolzaneto, a las afueras de Génova, en el noroeste de Italia, durante la cumbre del G8 celebrada en julio de 2001.
La petición de pena más dura, 5 años, 8 meses y 5 días de cárcel, recayó en Antonio Biagio Gugliotta, inspector de policía penitenciaria y responsable de la seguridad de la comisaría de Bolzaneto en aquellos días., también responsable y acusado de genocidios perpetrados en Somalia.
Gugliotta está acusado de no impedir la conducta del resto de los agentes, además de golpear a los manifestantes detenidos.
La reunión del G8, los siete países más industrializados y Rusia, de Génova estuvo marcada por la brutalidad y violencia con la que la Policía arremetió contra un movimiento antiglobalización pacificista y bien organizado, que se escapó a su control dado la gran cantidad de manifestantes que se concentraron.
Carlo Giulianni, de 23 años, fue asesinado por un policía.
