El Betis tiene 234 acreedores y una deuda de 84,2 millones de euros que puede crecer hasta los 90 millones. Por eso se verá obligado a firmar un convenio que le obligará a desviar de su presupuesto 10 millones al año para ir pagando a sus múltiples acreedores mientras negocia un acuerdo específico con la Agencia Tributaria. Este es el panorama que pintaron ayer los tres administradores concursales del Betis, pero no todo es negro en el presente y el futuro del club verdiblanco. Antonio Jesús González, Francisco Tato y Gerardo Narbona también transmitieron un mensaje esperanzador: el Betis no corre peligro de liquidación si se ajusta al plan de viabilidad diseñado por ellos.
Fue la primera comparecencia de los administradores desde su designación por el Juzgado de lo Mercantil. González y Tato, béticos reconocidos, lucían la pulsera de Miki Roqué; Narbona, no. Primero resumieron en qué consiste su informe, de más de 800 páginas, pero la cosa no se puso interesante hasta que Narbona mentó el inventario de bienes de la entidad y refirió que el Betis tiene activos por valor de 175 millones, la mayoría desglosados en los 81 del estadio, 31 de sus jugadores y 20-21 de la marca Betis. La tasación ha sido realizada por expertos independientes. Frente a ese patrimonio, los expertos opusieron una deuda bruta de 84.245.658,43 euros a 14 de enero que no está cerrada. En el escenario más favorable bajaría a 64 millones y en el peor subiría a 90.
"Con los datos que tenemos, la cifra definitiva estará en torno a 90 millones", admitió Tato, que advirtió que la diferencia entre el activo y el pasivo da un presunto superávit de 90 millones que el Betis no tiene. "Gran parte del activo no es realizable", indicó. Por ejemplo, el estadio.
Luego tocó diseccionar la deuda. Los primeros que cobrarán (créditos privilegiados) son Hacienda, a la que debe 40 millones, y los jugadores , a los que adeuda 21'5 entre salarios (18'8) y derechos de imagen (2'6). De los 18,8 millones por salarios, 163.000 euros son de la temporada 08-09, 13 millones de la 09-10 y 3 millones de esta última temporada. A su vez, de esos 3 millones, 2'5 corresponden a jugadores aún en el plantel y 0'5 a jugadores que ya no están. Aparte están los créditos ordinarios (41,3 millones) y los subordinados (los últimos en cobrar, mayormente son sanciones federativas, unos 2 millones en total). Eso, sin contar los créditos condicionales, la gran mayoría derivados de las actas que el club tiene recurridas a la Agencia Tributaria, por unos 20 millones; y los créditos contingentes, derivados de pleitos contra el Betis, unos 14 millones que podrían quedarse en 4 o 5.
EL PLAN, A DIEZ AÑOS. Frente a tanta deuda, los concursales han ideado un plan de viabilidad para el que "en ningún instante" se plantearon "la liquidación de la compañía", apuntó Tato. "Queda garantizada la operativa de la entidad en los diez próximos años. El Betis tendrá capacidad financiera para acometer un convenio viable para los acreedores", auguró el economista, que empero advirtió que el Betis "está jugando uno de sus partidos más decisivos". Y fue así de rotundo: "Cualquier incumplimiento supondrá de inmediato la liquidación del Real Betis Balompié. No podemos permitirnos ningún lujo y debemos ser muy estrictos. Por un contrato no podemos poner en peligro la viabilidad del Betis. Si no hay acuerdo con los acreedores, esto va a la liquidación. Y si va a la liquidación, difícilmente cobrarán los acreedores", sentenció. Los administradores confían en tener el convenio aprobado de aquí a un año.
El plan de viabilidad es a diez años vista, pero lo normal es que se acorte, sobre todo si el Betis permanece varias campañas en Primera. En cuanto a la quita, todavía es pronto para saber cuál se aplicará, pero será la misma para todos los acreedores... menos Hacienda, con la que se negociará un convenio "singular". "Hacienda fue tremendamente generosa con el Celta y Las Palmas, pero cada vez negocia más con el puño cerrado", recordó ayer José Antonio Bosch.
Los administradores también explicaron que el dinero para fichar será el que se genere con la venta de jugadores, no más, y descartaron la marcha del estadio para ir a La Cartuja. Además, aclararon que ellos no han impuesto ningún tope salarial, pero sí una "masa salarial bruta" para toda la plantilla proporcional a la previsión de ingresos de la próxima temporada; el reparto de esa cantidad dependerá del club. Y a todo esto, ¿qué habría pasado si el Betis no hubiese ascendido? "La liquidación, en ningún caso. Ni siquiera en Segunda. El Betis podría sobrevivir perfectamente en Segunda", aseguró González. "Pero el ajuste habría sido diez veces más duro", espetó Tato.
