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Los afectados no se conforman con las explicaciones de Spanair

Destrozados de dolor y agotamiento, los familiares de los muertos de Barajas han oído ya hablar de dinero, de honras fúnebres y de apoyo anímico, pero a día de ayer, cumplidos tres desde el accidente, seguían sin saber qué le pasó al avión, por qué no dejaron bajar a nadie y a quiénes pertenecen la mayoría de los restos. Que es lo que quieren.

el 15 sep 2009 / 10:29 h.

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Destrozados de dolor y agotamiento, los familiares de los muertos de Barajas han oído ya hablar de dinero, de honras fúnebres y de apoyo anímico, pero a día de ayer, cumplidos tres desde el accidente, seguían sin saber qué le pasó al avión, por qué no dejaron bajar a nadie y a quiénes pertenecen la mayoría de los restos. Que es lo que quieren.

Los familiares de los 154 fallecidos en el accidente de Barajas parecen más necesitados de verdades que de psicólogos. Es lo que llevan diciendo desde que, reunidos en Madrid para reconocer los cadáveres, se les pasó la mudez propia del shock. Ha habido reproches de todo tipo y escenas de nerviosismo colectivo (la última de ellas, ayer durante la misa en el Hotel Auditorium, donde se hospedan). Las explicaciones que les están dando distan de satisfacerles. Entre éstas, la compañía Spanair los informaba ayer de que la decisión de permitir a alguien bajarse del avión (como habían exigido algunos pasajeros, al saber de la avería previa) corresponde al comandante de la aeronave. Dado que las cenizas de éste descansan ya en su Mallorca natal, la posibilidad de réplica se antoja escasa.

Con todo, las esperanzas de los familiares se habían condensado en torno a la convocatoria de una reunión -la tercera ya- con la dirección de la aerolínea, fijada a las 18.00, para resolver por fin sus dudas más sangrantes. Al poco de iniciarse dicho encuentro, el subdirector de Spanair, Javier Mendoza, ya adelantó a los 300 congregados que no podría responder a todas sus preguntas pero que trataría de satisfacer algunas. Una de las más importantes de todas, si no la que más, ya recibió hace tiempo el rotundo no de la empresa: si la masacre tuvo relación alguna con esa primera avería que hizo volver a la nave tras su primer intento de despegue. Anoche volvieron a plantearla y la respuesta no varió sustancialmente. Lo único que queda ahora, enrocado cada cual en su posición, es que los heridos completen la crónica de los hechos una vez que estén en condiciones físicas y anímicas de hacerlo. Si eso cambiará o no lo dicho hasta ahora, es algo que está por ver. Sea con este relato o sin él, "al final se sabrá lo que pasó", vaticinaba ayer el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Una frase en la que volvía a quedar claro que el Gobierno, alineado con los familiares, no tiene la menor intención de pararle los golpes a Spanair.

Lo correcto

El subdirector Mendoza, no obstante, sí que pudo responder ayer a algunas dudas. Una de ellas, que el mecánico que acudió a reparar la primera avería del avión "hizo lo que tenía que hacer". Tres horas y media duró una reunión en la que el directivo de la compañía explicaba, con diapositivas y gráficos, el proceso de despegue y las circunstancias que pudieron concurrir en el accidente. "Una sola causa no provoca nunca un accidente aéreo; son siempre una concatenación de causas", dijo, para señalar luego que ellos, los responsables de la empresa, están tan interesados en la verdad como el que más.

Javier Mendoza alabó al mecánico de la primera avería, habló de sus cualidades y de su experiencia y aseguró que todo se hizo como manda el procedimiento. Pero a partir de ahí ya introdujo matices a esa clara negativa de la compañía a relacionar ambos episodios: el sudirector precisó que no cree que haya relación, y que será la comisión de investigación la que, en todo caso, establezca o descarte finalmente la posible relación entre el fallo y el siniestro.

Spanair ya había comunicado por la mañana que tiene plenas "capacidades y recursos" para hacer frente a las indemnizaciones, que aún no han sido fijadas con exactitud. Por si acaso, un abogado experto en Derecho Aeronáutico, Luis Souto, recomendaba ayer a los parientes de los fallecidos que se organizaran en una asociación como sucedió con el Yak-42, que es lo que sirve para hacer fuerza cuando llega el momento de pedir y reclamar. Pero según un asesor jurídico del municipio canario de San Bartolomé de Tirajana, Ismael Rodríguez, presente en el hotel con los afectados, "el sentir" allí es el de no crearla. No es la prioridad actual de personas cuyo dolor es insaciable. Ya hubo una reunión "tensa" para decidir sobre eso, pero los ánimos estaban muy exaltados. "Las familias están nerviosas y un símple cállate un momento puede hacer que empiecen a ofrecerse tortas."

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