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Los aliados establecen la zona de exclusión aérea sobre Libia

Gadafi, que decretó anoche el segundo alto el fuego, distribuye armas entre más de un millón de personas.

el 20 mar 2011 / 21:03 h.

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Civiles y milicianos insurgentes rodean ayer algunos carros militares del Ejército libio dañados por los bombardeos franceses en las afueras de Benghazi.

Los bombardeos contra Libia ya han dado sus primeros éxitos: el establecimiento de la zona de exclusión aérea sobre el país y la detención del avance del Ejército libio hacia Benghazi, bastión de los rebeldes. O al menos esa fue la lectura de los aliados. Una visión que no intimidó a Muamar Gadafi, quien amenazó a las potencias extranjeras con severas represalias y anunció el rearme de la población leal.

Las fuerzas de la coalición reanudaron ayer por la tarde los bombardeos con un intenso fuego de aviación sobre el centro de la capital, Trípoli. Inmediatamente después el Ejército libio ordenó a todas las unidades un alto el fuego vigente desde las 21.00 horas de anoche, las 20.00 en España. Se trata de la segunda tregua declarada por el régimen de Gadafi desde la aprobación de la resolución 1.973 del Consejo de Seguridad de la ONU que autoriza la imposición de una zona de exclusión aérea sobre territorio libio para evitar la masacre de la población libia.

El sábado por la tarde comenzó la operación Odisea al amanecer con bombardeos sobre objetivos militares en Benghazi y Trípoli. Un asedio que los aviones de combate estadounidenses, apoyados por la aviación de guerra electrónica, continuaron a las tropas de tierra y a las defensas aéreas de Gadafi esta pasada madrugada y ayer mismo, según informó el Pentágono en un comunicado. Una primera jornada que el Ejército estadounidense calificó como un "éxito". El jefe del Estado Mayor del Ejército estadounidense, el almirante Mike Mullen, confirmó que la zona de exclusión aérea sobre Libia funciona a pleno rendimiento como parte de la operación internacional que, subrayó, pretende proteger a la población civil y no derrocar a Gadafi. A juicio de Mullen, la ofensiva logró "un progreso significativo durante las últimas 24 horas y ha conseguido detener, según la información de la que dispone, el avance de las tropas de Gadafi sobre la ciudad rebelde de Benghazi.

El almirante informó de que no tiene constancia de que los bombardeos hayan dejado víctimas civiles. Sin embargo, un balance procedente de fuentes médicas leales al régimen cifró las víctimas mortales en al menos 64.

El discurso de la coalición no achantó a Gadafi que se dirigió a los libios después de la primera noche de ataques. "El pueblo libio va a tomar las armas, las bombas, los arsenales. Todo el pueblo libio toma las armas", anunció el coronel, en el mismo tono amenazante de sus anteriores intervenciones. "Estamos preparados para una larga guerra", insistió en varias ocasiones en su discurso. Poco después, el ministro de Defensa comunicó una operación con la que espera "armar a un millón de hombres y mujeres". El dictador libio calificó la acción como "una guerra del colonialismo". "No vamos a permitir que estos cristianos tomen nuestro petróleo", dijo durante su encendida disertación.

Unas palabras que el coronel convirtió en hechos. Las fuerzas leales ocuparon ayer por la mañana Misrata, ciudad bajo el control rebelde. Las fuerzas gadafistas lanzaron obuses, destruyeron depósitos de carburante y una central eléctrica. La ciudad de Misrata es el escenario desde hace algunos días de intensos combates entre las tropas leales a Gadafi que pretenden ocuparla y los rebeldes que la controlan.

Por la tarde, ya con la intervención de Catar, el primer país árabe que se une a la coalición, los aliados reanudaron los bombardeos. La cadena Al Arabiya informó que desde Trípoli se puede ver una columna de humo que sale del complejo Bab al Aziziyah, a las afueras de la ciudad, donde se encuentra el palacio de Gadafi. Fuentes militares francesas confirmaron que aviones galos continuaron ayer con sus "operaciones". Asimismo, el portavoz del Ministerio británico de Defensa, el general John Lorimer, indicó que las fuerzas de su país atacaron "el sistema integrado de defensa aérea libio" y precisó que "la mayoría de los objetivos se encuentran en Trípoli".

Pero los bombardeos de los aliados ya han despertado rechazo. El secretario general de la Liga Árabe, Amro Musa, mostró su repulsa a los ataques ya que, según explicó, la petición para la creación de una zona de exclusión aérea no comportaba una operación de bombardeo contra la población. Por el momento, más de 3.800 refugiados han cruzado la frontera entre Libia y Egipto.

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