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Los aliados seguirán en Libia hasta la rendición de Gadafi

Un ‘grupo de contacto’, que se reunirá en Catar, asume la dirección política de la misión.

el 29 mar 2011 / 20:03 h.

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La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, y el premier británico, David Cameron.

Los aliados han puesto fecha de cierre a la misión en Libia : hasta la marcha de Muamar Gadafi. La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, advirtió ayer desde Londres de que la acción militar de la comunidad internacional en Libia proseguirá hasta que el coronel "cese sus ataques contra civiles", "retire a sus tropas" de aquellos lugares en los que han entrado por la fuerza y "permita" que servicios básicos y la asistencia humanitaria lleguen a "todos los libios".

Clinton se dirigió de esta manera a los representantes de unos 40 países y de la ONU, la Liga Árabe, la Unión Africana (UA), la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), la Unión Europea (UE) y la OTAN que participaron en la conferencia de Londres que busca favorecer una salida política a la actual guerra civil en el país magrebí. La secretaria de Estado reconoció que el progreso no se podrá alcanzar sólo a través de medios "militares", por lo que abogó por la creación de un "frente unido" de "presión política y diplomática" que le deje "claro" a Gadafi que "debe irse".

Y así se hizo. Los aliados acordaron la formación de un "grupo de contacto sobre Libia" que asumirá la "dirección política" y que se reunirá próximamente en Catar, con el fin de que sea más visible la participación del mundo árabe en la intervención. El grupo de contacto, según rezan las conclusiones, asumirá "la dirección política del esfuerzo internacional" para llevar a la práctica la resolución de la ONU "en estrecha coordinación con la ONU, la UA, la Liga Árabe, la OCI y la UE para apoyar a Libia". Asimismo, servirá de "foro para coordinar la respuesta internacional y para ofrecer un foco en la comunidad internacional para el contacto con las partes libias".

El comunicado también se felicita de que la OTAN vaya a asumir el mando de las operaciones militares para imponer la zona de exclusión aérea y ejecutar el embargo de armas, así como de la oferta hecha por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, de "liderar la coordinación de la asistencia humanitaria y planear el apoyo para la estabilización a largo plazo" del país.

La coalición no cerró un acuerdo sobre el apoyo que otorgarán a los rebeldes libios. El ministro de Exteriores británico, William Hague, y el primer ministro catarí, Hamad bin Jassim al Thani, comparecieron al término de la reunión y aclararon que durante la cumbre no se ha discutido la posibilidad de dar armas a los rebeldes. La embajadora de EEUU en la ONU, Susan Rice, aseguró ayer que Washington no descarta armar a los revolucionarios. En este sentido, Clinton reconoció que EEUU y el resto de países de la coalición internacional todavía están "conociendo" a los miembros del Consejo Nacional de Transición, que aglutina a los rebeldes al régimen de Gadafi, y descartó la presencia de miembros de Al Qaeda en las filas de dicho Consejo Nacional.

Iniciativas que contaron con el respaldo de los rebeldes. El órgano de gobierno de los revolucionarios advirtieron de que rechazan que Gadafi o cualquier miembro de su familia se incluya en el proceso político que debería traer la democracia a Libia y admitió que las armas que pueda suministrar la comunidad internacional a los rebeldes serán "bienvenidas". Tres representantes del Consejo se desplazaron a Londres para exponer los planes que tienen para una Libia "democrática pos Gadafi" y que pasan por la celebración de "elecciones libres y justas". La ministra de Exteriores española, Trinidad Jiménez, apostó por "facilitar las cosas" para que el dictador libio abandone el país una vez que acceda a dejar el poder porque ésta sería la "mejor manera" de comenzar un proceso de "reconciliación nacional" en el país.

Mientras tanto, el Ejército libio continúa frenando a los revolucionarios. Los rebeldes fueron repelidos por las fuerzas de Muamar Gadafi a 50 kilómetros de Sirte, la ciudad natal del mandatario libio, y se replegaron caóticamente hacia Bin Jawad, su avanzadilla más importante en el este de Libia.

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