Los alumnos andaluces de 15 años están entre los peor calificados en ciencias, matemáticas y lectura dentro del informe PISA, un estudio comparativo del rendimiento escolar en 57 países presentado a escala internacional. Andalucía está por debajo de la media nacional y por detrás de las otras nueve comunidades que se sometieron al examen.
El informe PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos) ha penetrado en la escuela andaluza en un momento en el que su sistema escolar está perdiendo a más de un tercio de los estudiantes menores de 16 años, sin graduado escolar, antes de que acaben la E.S.O. El impacto de los malos resultados era previsible, pero expuestos de forma comparativa a escala nacional e internacional dejó noqueada a la comunidad educativa.
El resultado medio de Andalucía en el informe PISA 2006 es de 474, en un promedio en el que la nota más alta ha sido de 563 (Finlandia) y la más baja de 322 (Kirguistán). Para comparar los 57 sistemas escolares, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) establece una cifra de referencia (500), desde la que se mide la fuerza y la debilidad de los estudiantes de un tercio de la población mundial. El PISA 2006 se centra en ciencias, pero también evalúa el dominio matemático y la comprensión lectora. España ocupa el puesto 26 de los 57 países y Andalucía está por debajo de la media española (488) y de la OCDE (491).
La Junta reconoció que el PISA confirma los datos "mediocres" que los alumnos andaluces lograron hace un año en las pruebas de diagnóstico. Aquella evaluación dejó en evidencia el profundo retraso que los adolescentes tienen en matemáticas y en lengua: no entendían lo que leían ni las explicaciones del profesor, no sabían explicarse ni sacar conclusiones de un texto.
Se suponía que aquella sacudida a las aulas serviría a Educación para tomar nota de las carencias y les daría tiempo para rectificar lo que estuviera mal y desarrollar políticas de mejora que se plasmarían en la futura Ley de Educación Andaluza. La consejera Cándida Martínez entendió que en aquel momento ya se asumieron responsabilidades, por eso eludió valorar los datos del PISA y dijo que cualquier medida de choque para enderezar el rendimiento de los andaluces estaba ya contemplado en la nueva ley.
Entre comunidades. Es la primera vez que Andalucía pide a la OCDE una muestra desagregada de sus datos para compararse con otros. De las diez comunidades que se han sometido al PISA, Andalucía es la que tiene el PIB más bajo y la única cuyos índices de fracaso escolar (32%) y de abandono tras la E.S.O. (37%) están por encima de la media nacional. Consecuentemente, se ha quedado anclada en la tabla comparativa.
Pero, ¿por qué los alumnos de 15 años no logran salir de esa ciénaga de datos mediocres y a qué se deben los resultados? Uno de los índices que más condicionan el rendimiento escolar en el informe PISA es el contexto socioeconómico y cultural del país, el nivel de estudios de los padres del alumno y su profesión. Andalucía es la comunidad donde el nivel sociocultural más influye en el rendimiento escolar, según el informe. Tal es así, que cuando la OCDE hace un cálculo de lo que esto influye y se lo resta a los datos andaluces, observa que la comunidad sumaría 21 puntos y se pondría por encima de la media española y al nivel de las otras comunidades, donde los factores económicos no son tan determiantes.
La ministra, el presidente Zapatero y, en otras ocasiones, la consejera han repetido mucho que la escuela en nuestro país está lastrada por las generaciones pasadas. ¿Qué quiere decir? En el informe aparece que casi un tercio de los padres de alumnos andaluces que han hecho el examen nunca llegaron a terminar la EGB, sólo un 20% tenía graduado escolar, el 26% sólo llegó a hacer el BUP, el 8% hizo FP y un 18% estudió en la universidad. "Nuestros resultados están por encima de lo que cabría esperar según nuestro nivel sociocultural", dijo Martínez, confiando en que eso dejará de ser un hándicap, porque "ahora el 42% de la población andaluza tiene estudios superiores".
El problema es que en 2007 Andalucía sigue perdiendo alumnos que salen al mercado laboral sin el graduado, igual que sus padres hace 30 años. Por tanto cabe preguntarse si dentro de dos décadas, esos alumnos serán los padres de los nuevos repetidores. "La antigua Primaria era de cuatro años y la EGB de ocho. No pueden compararse porque el tiempo de escolarización obligatoria es mayor ahora y aunque sólo sea por eso los alumnos de ahora están mejor preparados", respondió.