Los padres que decidan llevar a sus críos a la guardería el próximo curso deben saber que las normas están a punto de cambiar. Los cuidadores ceden el protagonismo a maestros especialistas. La Junta pide a las escuelas que mantengan al mismo profesor tres años para que el niño tenga un referente que refuerce su confianza "como si fuera un padre".
La educación Infantil seguirá siendo voluntaria el año que viene, pero la Consejería de Educación se ha esforzado en redefinir la etapa de 0 a 6 años para que el niño adquiera los conocimientos básicos que necesita antes de empezar la enseñanza obligatoria. Al convertir la Infantil en la primera etapa educativa del sistema -definiendo qué debe aprender el niño y cómo deben enseñarle sus maestros- el Estado y la Junta quieren hacer comprender a las familias que los primeros años son "esenciales para la formación de un alumno" y que la escuela infantil debe asumir el papel educador que durante muchos años se han reservado los propios padres.
La nueva normativa de educación Infantil, que se encuentra en fase de borrador, subraya la necesidad de que un mismo profesor acompañe el crecimiento del niño durante al menos tres años (lo que dura un ciclo), algo que no ocurre ni en Primaria ni en Secundaria. "Las características propias del alumnado de esta etapa hacen que la figura del tutor sea el referente para crecer con confianza y seguridad, por lo que se procurará su continuidad durante el ciclo", dice el decreto.
No obstante, son los centros escolares los que en última instancia deciden si asignan un profesor a un solo curso. "La autoestima, la superación de los miedos y la confianza del niño están en juego a esa edad, por eso el maestro debe estar pendiente como si fuera su padre o su madre, y eso no se puede hacer en un año. Se necesita un seguimiento constante", explican fuentes de Educación. La nueva Infantil cuenta ahora con un solo currículo -igual que en Primaria y en ESO- que se divide en dos ciclos, de 0 a 3 años y de 3 a 6. Lo novedoso está en el primer tramo, que es el que ha diseñado la Junta. El resto es común a toda España.
Lo que tiene que aprender un niño hasta los seis años se resume en tres áreas: conocer su cuerpo y su anatomía; conocer su entorno y conocer el lenguaje y para comunicarse. Hasta los tres años "se estimulan las conductas exploratorias e indagatorias", después aparecerá la iniciación a la escritura y la lectura y ciertas dosis de cálculo. También se han incluido "los contenidos propios de la cultura andaluza", pero sin muchos más detalles. "Especial importancia se concederá a la igualdad de derechos entre sexos con rechazo a cualquier tipo de discriminación negativa y destacando la contribución de las mujeres al progreso de la Humanidad", añade también el texto.
Los maestros usarán los juegos como método de enseñanza para fomentar la participación de los niños y la observación como método de evaluación. "Debe evitar el tratamiento homogéneo que supone la realización de tareas estandarizadas para todos", dice el decreto, de modo que se estimule la diversidad en el aula. El horario en la escuela infantil no estará fragmentado como en el colegio. Un alumno aprenderá todo a la vez de forma mezclada. Las guarderías podrán modificar sus horarios a lo largo del curso en función de las necesidades de los niños. La escuela también podrá cambiar el horario de permanencia para los críos que más tarden en adaptarse.
