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Los alumnos de la Hispalense no harán prácticas en empresas con ERE abiertos

el 08 sep 2012 / 18:32 h.

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La Universidad de Sevilla aplicará a partir de este curso una nueva normativa que regula las prácticas de sus alumnos. Y una de las garantías que ha introducido es que para que una empresa forme parte del plantel de firmas con las que trabaja la Universidad ésta “no debe tener abierto un expediente de regulación de empleo a la fecha de inicio de la práctica”, según se recoge en el artículo 10 de la norma a la que ha tenido acceso este periódico y que fue aprobada el pasado 25 de julio en Consejo de Gobierno.

Este requisito no será exclusivo de la Hispalense . La normativa de prácticas se ha modificado por imperativo estatal y se ha hecho siguiendo las pautas fijadas por el ministerio y las acordadas por todas las universidades andaluzas en mayo pasado. La directora del Secretariado de prácticas en empresas y empleo de la Universidad de Sevilla, María del Mar García Gordillo, defiende que los estudiantes no puedan hacer prácticas en empresas con un ERE abierto en el momento de empezar las prácticas para evitar que terminen ocupando “puestos que se han suprimido”. “Algunas empresas quedan todavía sin ERE”, afirma.

Lo cierto y verdad es que las prácticas este curso van a ser singulares y complicadas de gestionar. Y no por que se estrene una nueva hoja de ruta, sino por el hecho de que en muchas facultades y centros “se solapan” licenciaturas y grados. Las prácticas con el Plan Bolonia no son ya optativas (canjeables por créditos de libre configuración), son una asignatura más y, como tal, la Universidad debe garantizar al alumno su realización. Pero hay centros, como Derecho, en los que el volumen de alumnos es considerable. “Hay 700 estudiantes y nos encontramos con que muchos bufetes de abogados son un profesional con su ordenador en las puertas de los juzgados. Eso no lo podemos considerar una empresa. Tenemos un serio problema”, explica García Gordillo.

La Universidad de Sevilla gestiona al año más de 5.300 prácticas de formación académica y oferta otras 800 de inserción laboral. El número de empresas con las que tienen firmado un convenio de colaboración suman 5.000 (muchas de ellas ofrecen más de una plaza). “Este año puede haber más alumnos que pidan prácticas porque se solapan licenciaturas con grados. Tendremos más demanda y con la que está cayendo afuera”, se sincera la directora del Secretariado de prácticas que, no obstante, se muestra confiada en poder atender todas las peticiones. “Vamos a intentar que las incidencias sean las mínimas posibles”, es el mayor compromiso que puede rubricar García Gordillo.

La Universidad de Sevilla ha previsto esta situación y, por eso, ha fijado mecanismos en la norma que le permitan maniobrar ante una altísima demanda. Existen dos tipos de prácticas, las curriculares y las extracurriculares. Las primeras forman parte del expediente del alumno (éste realiza seis semanas de prácticas con una media de 5 horas diarias). En el caso de las extracurriculares, el periodo máximo es de seis meses. Como estás no forman parte del currículum del estudiante, la Universidad “otorgará prioridad a las prácticas curriculares frente a las extracurriculares”, se recoge en el artículo 6 de la normativa. Éste continúa diciendo: “En el caso de que la Universidad no pueda atender la demanda de prácticas curriculares destinará la oferta de plazas extracurriculares a tal fin, adjudicando todas ellas según criterios académicos”.

En cuanto a la remuneración de las prácticas, la Universidad de Sevilla está estudiando en estos momentos “si le pedimos o no a las empresas que abonen algo a los estudiantes, porque entendemos que la coyuntura es mala y se nos pueden caer muchas empresas en caso de solicitarlo”, reconoce la directora del Secretariado de Prácticas.

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