Local

Los amigos no son para siempre

Un estudio de la Universidad de Málaga revela que con el tiempo se pierde la relación y en el 60% de los casos no hay conflictos sino simple distanciamiento físico o dejadez.

el 14 ago 2011 / 19:06 h.

TAGS:

Los amigos íntimos, que resisten el paso del tiempo, se conocen en la adolescencia, normalmente en el instituto o el vecindario.
La amistad es la relación psicosocial más libre y también que más variedad de opciones presenta. Un grupo de investigación de Inteligencia Emocional de la Universidad de Málaga lleva años estudiándola y clasifica los amigos entre íntimos, buenos y circunstanciales. Los primeros no pasan de cuatro y los últimos pueden llegar a 40. La mayoría se encuentran en la adolescencia, siendo el instituto o el vecindario los lugares más habituales, y curiosamente con la edad, aunque conozcamos más gente, la cantidad de amigos no aumenta sino que disminuye. En el camino, los amigos no se pierden por conflictos sino por dejadez.

 

Son las conclusiones de los estudios realizados por el equipo de investigación que lidera el profesor José Luis Zaccagnini en la Facultad de Psicología de Málaga , elaboradas a partir del análisis de los cuestionarios realizados entre la población malagueña en 2008, 2009 y 2010, con una muestra de entre 400 y 500 personas cada uno.

Del primero de los estudios se extrajeron resultados como que el número medio de amigos, de todos los tipos, es mayor en los hombres (60) que en las mujeres (40) y mucho mayor entre los hombres homosexuales (100). El número de amigos varía con la edad y el estado civil. Así, los divorciados y solteros tienen más amigos que los casados, pero los que más tienen son las parejas que conviven sin estar casadas.

En cuanto a la edad, si entre los 20 y los 30 la media de los llamados buenos amigos es de diez, esta cifra baja a menos de cuatro entre los 30 y los 50 y a apenas uno cuando se superan los 50 años.

Curiosamente, los hijos únicos no son más sociables que los que tienen hermanos. Sus amigos rondan la treintena mientras que los que tienen uno o dos hermanos duplican esa cantidad. En las familias numerosas, los hermanos también vienen a suplir parte de esas relaciones de amistad porque quienes tienen tres o más hermanos tampoco alcanzan el número de amigos de los que tienen menos de tres, quedándose en el medio centenar.

Este primer estudio también reveló que el considerado mejor amigo suele conocerse en la etapa del instituto, a través de amigos comunes o en el vecindario. El trabajo, la casualidad, las actividades deportivas o la Universidad son otros ámbitos de procedencia. Así se encuentra al mejor amigo pero ¿cómo se pierde? Pues en el 44% de los casos debido a la distancia física que las circunstancias vitales imponen y en un 20% de los casos no existe ninguna razón aparente, simplemente la dejadez. Sólo en el 9% de los casos se produce un conflicto que rompe la amistad, en un 7% se pierde el interés, en un 6% la ruptura ocurre tras un fallo de confianza y en un 3% se interponen, como en las parejas sentimentales, terceras personas.

En cuanto a qué se da y obtiene en las relaciones de amistad, gana por goleada (55% de respuestas) la compañía, seguido muy de lejos por la conversación (10%) y el apoyo emocional (10%).

Tras este primer diagnóstico, el equipo de investigación realizó otra entre 500 malagueños a través de un cuestionario centrado en cómo comienza la amistad y el tiempo y actividades compartidas con los amigos. En el caso de los amigos íntimos, todo comienza por que se comparte una forma de pensar y hay una coincidencia espacial, con los buenos amigos es el coincidir en espacios lo que se impone y con los amigos circunstanciales realizar juntos una actividad.

Este hecho hace que a los amigos circunstanciales se les vea con más frecuencia, casi a diario, que a los íntimos y buenos amigos, a los que se ve de media semanalmente. Con los íntimos se charla o se está con ellos sin hacer nada especial, con los buenos se comparte diversión en el tiempo libre y con los circunstanciales, básicamente, se trabaja. El último estudio, realizado en 2010, está aún en fase de análisis de los datos pero trata de indagar en las causas por las que con la edad se tienen menos amigos de todo tipo, ya que el 60% se pierden sin razón aparente. Una de las primeras conclusiones es la importancia que la confianza juega en las relaciones de amistad. Con la edad, pese a tener más inteligencia emocional, nos volvemos más desconfiados en general y eso afecta a la amistad.

Los íntimos.Compromiso a prueba de cambios vitales.
El círculo de amigos íntimos no lo comprenden más de cuatro. Para entrar en él, deben resistir el paso del tiempo y cambios vitales como mudanzas, matrimonios, enfermedades, cambios laborales y de estatus. Nos comunicamos fácilmente, tenemos confianza y hay un compromiso de apoyo mutuo. Aunque no los veamos con frecuencia, aportan seguridad emocional y juegan un papel inestimable ante grandes desgracias.

Los buenos amigos.La afinidad hace que nos comprendan.
Son gente con la que compartimos intereses, forma de pensar y aficiones. Por eso, son con los que más tiempo libre pasamos, incluso con actividades programadas periódicamente como comidas mensuales, llamadas semanales... Son más que los íntimos pero requieren tiempo así que su número no se desmadra. Hay apoyo mutuo pero esperando reciprocidad aunque no sea inmediata. Nos conocen bien y nos sentimos reconocidos y queridos por ellos, lo que fomenta nuestra autoestima.

Los circunstanciales.Respeto mutuo y apoyo puntual.
Son los más numerosos, unos 40 de media, pero menos profundos, compañeros de trabajo o estudios con los que conectamos e incluso quedamos fuera. La relación suele durar solo mientras se comparten esas circunstancias pero en ese tiempo ofrecen un apoyo puntual, pero no se les debe pedir demasiado ni esperar más de lo que se da. Ocasionalmente pueden pasar al siguiente nivel pero o ocurre al principio de conocerse o ya no ocurrirá.

  • 1