Si la lluvia no llega a mediados de octubre de forma generosa, la salinidad del río volverá a subir y la situación de los campos de arroz se hará insostenible. Es el temor que reconocen los productores, que ya calculan en un 50% las pérdidas de la cosecha por la aparición de espigas blancas.
La Federación de Arroceros de Sevilla (FAS) advirtió ayer de que la salinidad del río Guadalquivir volverá a aumentar a mediados de octubre si no hay importantes lluvias que limpien el cauce del río. En declaraciones a la agencia Europa Press, el presidente de los arroceros sevillanos, Julián Borja, señaló que se necesita una gran concentración de agua dulce para que no aumente el nivel de sal en las aguas, por lo que si no llueve podría volver a aumentar.
Sin embargo, durante la pasada semana la salinidad se ha vuelto "más tolerable, aunque no óptima", ya que se continúan haciendo desembalses de agua dulce para arrastrar el tapón salino existente y, al mismo tiempo, se ha dejado de captar agua del Guadalquivir para el riego de algunos cultivos como el algodón, que ya ha terminado su ciclo de riego. "Todos los años a primeros de septiembre el río por si solo tiende a estabilizarse, porque deja de captarse agua y los acuíferos comienzan a hacer aportaciones", subrayó.
Además, Borja señaló que un 50% de las espigas están blancas, cuando al principio de la semana pasada no llegaban al 15% las espigas perdidas y vanas, es decir, que no van a granar. De ahí que ya es un hecho que la recolección se verá mermada. Aunque no hay "datos objetivos" para calcular esas pérdidas, las primeras estimaciones las elevan por encima de los 15 millones de euros.
Borja precisó, por último, que va a iniciar un llamamiento a los agricultores para que pasen por la oficina de la federación a levantar actas notariales sobre sus pérdidas. De esta manera, aseguró que se crearán informes técnicos sobre la situación y los abogados podrán empezar a trabajar para pedir compensaciones, como ya se ha hecho en Lebrija. Los arroceros indicaron que se perderán medio millón de jornales ante la alta salinidad y la turbidez que presenta el río Guadalquivir.
