Ni el mejor aire acondicionado quita el aburrimiento de pasar horas en el coche para ir o volver de las playas. Las retenciones volvieron a marcar el último fin de semana, aunque fueron casi más el sábado que el domingo. Las salidas de Matalascañas y Chipiona coparon los mayores atascos.
La operación retorno del fin de semana en las playas de Huelva y Cádiz supuso para los conductores de la Gran Sevilla hasta 16 kilómetros de atasco en la carretera entre Matalascañas y la autopista a Sevilla, más otros 10 en la propia A-49 (Sevilla-Ayamonte) a la altura de Bollullos Par del Condado (Huelva).
Asimismo, los pasajeros procedentes de Cádiz también tuvieron tiempo de darle un repaso a la colección de sudokus sin resolver con los cinco kilómetros de retención que se encontraron a la altura del peaje de Las Cabezas de San Juan en la AP-4, y los más de siete kilómetros que había a las 22.00 horas en la carretera de vuelta de Chipiona y Sanlúcar de Barrameda -A-471-. Fuentes del Centro de Control de Tráfico de Sevilla confiaban en que la situación fuera poco a poco a menos, y que el carril extra en la A-49 funcionó con normalidad.
Una situación similar se produjo el sábado. El éxodo hacia las playas dejó numerosos atascos en las mismas autopistas, aunque en dirección contraria. El más largo de estos tapones en la carretera se produjo en la AP-4, también a la altura del peaje de Las Cabezas, con 13 kilómetros de parón entre las 11.15 y las 13.30 horas.
En la A-49 los atascos se produjeron en ambos sentidos, ya que a la huida masiva a las playas hubo que sumar el efecto del tercer carril provisional en sentido Huelva, que reduce a uno sólo el carril de entrada en la Gran Sevilla.
Así, la marcha a la playa registró un colapso total entre las 10.15 y las 12.15 entre La Pañoleta (Camas) y el cruce de Umbrete, mientras que el atasco en sentido contrario alcanzó los seis kilómetros entre Huévar del Aljarafe y el cruce de Pilas-Carrión de los Céspedes.
Más allá de la provincia de Sevilla, la carretera que lleva a Matalascañas registró el sábado 12 kilómetros de atasco entre el mediodía y las cuatro de la tarde.
La medida del carril provisional de conos en dirección a Huelva, adoptada por la Subdelegación del Gobierno en Sevilla a principios del mes de junio debido a los enormes atascos que se habían registrado los sábados en la A-49 en años anteriores, ha conseguido reducir algo los embotellamientos pese a que el número de vehículos en circulación ha aumentado.
El tercer carril de los domingos, en dirección a Sevilla, lleva ya años funcionando y permite agilizar el retorno de las playas. Ambas medidas evidencian lo pequeña que se ha quedado la autopista, para la que ya nadie discute la necesidad de ampliar, al menos hasta Sanlúcar la Mayor, el número de carriles a tres.
Pero de momento las únicas obras previstas son la del refuerzo del firme -muy deteriorado- y la ampliación de los puentes entre Coca de la Piñera -Camas- y Tomares y entre esta localidad y Castilleja de la Cuesta.
También en invierno . La A-49 no sólo sufre atascos en verano: todos los días laborables la entrada a Sevilla desde el Aljarafe o el retorno a la Cornisa desde la capital es sinónimo de atascos tan considerables como los estivales. Además, el tráfico de camiones entre la Gran Sevilla, el puerto de Huelva y la región portuguesa del Algarve, revitalizado por la prolongación de la autopista hasta la frontera lusa, ha dejado el asfalto en mal estado.
