Cofradías

Los auténticos amuletos del Pedrera

En Cuaresma compaginan los entrenos del Pedrera de Fran Reina con los fríos ensayos. Ambos son Costaleros del Cristo de la Sangre y el Santo Entierro.

el 17 abr 2014 / 22:13 h.

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Por Carmen Prados Amigos dentro y fuera del campo. La pasión verdinegra por el Pedrera se solapa estos días por su devoción cofrade a las sagradas imágenes de la Semana Santa pedrereña. Costaleros del Cristo de la Sangre y del Santo Entierro, Francisco Jesús Pareja, Naoki, y Francisco García, Nene, cuelgan las botas por una semana y se disponen a vivir una de sus pasiones, el trabajo en equipo bajo las trabajaderas. Naoki es costalero del Señor de Pedrera desde los 16 años, siguiendo la tradición de su gente. Naoki es nieto, hijo, hermano y sobrino de una familia muy vinculada al Señor de la Sangre. Nene es uno de los veteranos bajo las trabajaderas del Santo Entierro. «Llegué en 2001, y aunque la devoción de mi familia es el Cristo, yo sentí la necesidad de ayudar al Santo Entierro. Por entonces hacían falta costaleros para completar la cuadrilla. Hoy vamos 46», apostilla Nene. 15677705 Naoki posa junto al Cristo de la Sangre. / C. Prados Año tras año, ininterrumpidamente, Viernes y Sábado Santo se fajan el alma y siguen cumpliendo su promesa. «Mientras las fuerzas no falten y las lesiones respeten», aseguran. En estos años ha habido momentos difíciles «como la muerte de mi padre en 2007 que hizo que al año siguiente dudara si salir o no. Seguir debajo del Santo Entierro fue de lo que mejor que he hecho desde entonces. Salí con más ganas que nunca», afirma Nene. En esta Cuaresma ambos han tenido que compaginar los ensayos con los entrenos a las órdenes de Fran Reina. «En eso el míster ha sido benévolo y no ha puesto muchos impedimentos, porque si no vamos a los ensayos hay falta para las salidas o las entradas», lamenta Naoki. Como en el fútbol, la cuadrilla es otro vestuario donde «se debe ir a una, trabajar con unión y compenetración» y eso también se consigue con la convivencia. «Cada Sábado Santo –cuenta Nene–, los costaleros del Santo Entierro quedamos para comer y hacer piña». Y en este otro vestuario saben lo que es cargar con la responsabilidad: «Hay que meter riñones y empujar para arriba». Saben que el pellizco en el alma te llega cuando empieza a faltar la gente cercana, el padre de Nene o el abuelo de Naoki. Y son esos momentos los que te pinchan el corazón y que solo siente el que se agarra al palo y rachea a pesar de las ausencias. Naoki no olvidará el año en que compartió trabajadera con su tío y le dedicaron una levantá a su abuelo. Hoy en ese palco del cielo donde tantos cofrades siguen rezando por sus imágenes. También Nene ha compartido sentimientos similares cuando sus compañeros le brindaron una levantá en la salida del año 2008. «Fuera ya faltaba mi padre», concluye Nene. Ambos se han empapado de una tradición imperecedera que en el caso del paso del Cristo de la Sangre Naoki comparte con costaleros que llevan más de 30 años bajo el paso. «Antes incluso la gente se iba a guardar cola para poder sacar al Cristo. No había igualá y lo sacaba el que antes llegaba», recuerda. Naoki, hermano desde que nació, fue nazareno antes que costalero. Hoy su sitio en la cofradía está debajo, rezando con los pies. «Es mi hermandad, la de mi familia, y es lo que he vivido en casa». Aunque no son hombres de manías, Nene asegura que lleva el mismo costal desde que empezó en el Santo Entierro. Por su parte, Naoki, después de tres años con el castigo del agua, este Viernes Santo estrenará costal. «Me pasa como en el fútbol, si un domingo ganamos, el próximo partido repito calcetines, por si acaso», sonríe. 15677704 Nene, junto al Santo Entierro de Pedrera. / C. Prados Pero en la Semana Santa, como en el fútbol, hay tradiciones y ritos que no se pierden. Nene no falta todos los Lunes Santo a Málaga para ver al Cautivo, como hacía desde que vivían en El Rincón de la Victoria, y Naoki es puntual a la comida del Viernes Santo en casa de su abuela. Allí no faltan nunca las tortillitas de bacalao «aunque a mí desde que se recoge Jesús Nazareno hasta que sale el Cristo se me cierra el estómago». «Como en el fútbol el mejor consejo al que entra nuevo es que disfrute del momento y sienta cada chicotá porque durante una procesión, después de seis o siete horas, los cuerpos se vienen abajo», añade. Quizás por eso comparan la sensación con el cosquilleo antes de un partido importante. En ese sentido, ambos mantienen la fe y confían en que el Pedrera suba. «Hay que ganar todos los partidos en casa y no pinchar fuera», apostilla Nene. Junto a ellos estará a las órdenes del martillo Isco Gómez. Los tres pedirán por el ascenso a Andaluza.

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