El beticismo ha señalado hoy con claridad a los que considera principales responsables del descenso de su equipo a Segunda División. Y ha habido alguna que otra sorpresa. El veredicto ha sido el previsto en cuanto al consejo de administración, con repetidos cánticos de directiva, dimisión desde que Manuel Domínguez Platas y sus compañeros han aparecido por el palco, y tampoco ha extrañado que entre los futbolistas más silbados hayan figurado Jordi, Chica, Braian Rodríguez o Verdú, pero también ha habido abucheos para un jugador hasta ahora intocable, Rubén Castro, e incluso para Gabriel Humberto Calderón, y muy sonoros. Baptistao, suplente, ha sido otro de los criticados. El recibimiento de la afición a los jugadores había sido algo frío a la llegada del autobús al estadio, sobre todo porque había poca gente en los aledaños del Villamarín, pero ya dentro ha ido subiendo la temperatura de la indignación. Algunos se han librado, eso sí. Por ejemplo, Adán, Juanfran, Lolo Reyes y NDiaye, así como Jorge Molina y todos los canteranos. Otros, como los citados Jordi o Rubén, han sido pitados cada vez que han intervenido en el juego. Cuando el choque ha comenzado, después de un muy respetuoso minuto de silencio por Tito Vilanova, los béticos también han emprendido otros cánticos esperados, como jugadores, mercenarios, esa camiseta no la merecéis o nosotros somos el Betis. Los Supporters incluso han lanzado gritos ofensivos contra Rafael Gordillo, algo más secundados en la segunda parte que en la primera. Con el resultado ya en contra han proseguido los gritos de protesta contra los jugadores, el entrenador y el consejo. El más seguido ha sido 'esa camiseta no la merecéis', aunque en el tramo final del choque, con los tres cambios ya hechos por parte de Calderón, ha hecho furor el 'saca a Verdú'. BENGALAS Y PATADAS A LOS COCHES EN LA SALIDA DE LOS FUTBOLISTAS Los incidentes continuaron tras el final del partido. Algunos aficionados se concentraron en la puerta de cristales, pero fueron desalojados por la policía. No ocurrió lo mismo en la salida del aparcamiento. Los más radicales acudieron allí con bengalas y algunos incluso dieron patadas a los coches de algunos profesionales.
