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Los béticos empiezan a dictar sentencia desde la rabia

LA CONTRACRÓNICA. Eran sólo 10.000 en el campo, pero el grito acabó siendo unánime. Stosic y el consejo ya están señalados. Los jugadores, una vez más, también.

el 19 dic 2013 / 00:56 h.

Amaya intenta rematar en un ataque bético. Amaya intenta rematar en un ataque bético. Terminó el partido de fútbol, en realidad un suplicio y un esperpento, y los algo más de 10.000 béticos que tuvieron el valor de peregrinar al Villamarín celebraron la clasificación de su equipo para los octavos de final de la Copa con una estruendosa y merecida pitada a sus futbolistas. Bético arriba bético abajo, claro, porque una cosa es tener valor y otra amar la agonía, de modo que alguno desfiló bajo la tenue lluvia antes de que Undiano pusiera fin a otro desastre de actuación del Betis, al que le da igual estar en manos de Pepe Mel que de Juan Carlos Garrido que del espíritu de míster O’Connell. Fue justa, justísima, la agria despedida del beticismo a sus futbolistas, que no se libraron ni cuando aplaudieron a su paciente hinchada desde el círculo central, pero los peloteros no fueron los únicos agraciados con el concierto de viento adverso. Yhe ahí lo sintomático. Orquestada por su rabia y no por fantasmas del pasado, la grada fue unánime ya al final. El primer grito fue para el director deportivo:“Stosic, vete ya”. El segundo, para el consejo de administración:“Directiva, dimisión”. Se veía venir:“Estamos hasta los h...”, habían chillando segundos antes. Eso es lo que espera de aquí en adelante a los futbolistas (ojo a Sara y Verdú, muy señalados), el presidente, los administradores judiciales, los consejeros y el director deportivo si el Betis no deja de ser un equipo-flan que al mínimo vaivén se deshace como si se fuese a morir. A Garrido también le espera lo mismo, cómo no, si no evita que su equipo siga siendo un alma en pena. Yque conste que esos 10.000 béticos, una minoría comparada con los 30.000 que suelen ir a Heliópolis en la Liga pero una mayoría porque eran los que estaban ayer en Heliópolis, apoyaron más que silbaron a los suyos hasta que Sara cometió la primera tropelía. Está por ver qué hará la mayoría de verdad, la de la Liga, el sábado. Por el bien del Betis, ojalá su paciencia vaya más allá.

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