"Me paso todos los días doce o trece horas aquí" decía anoche Aurora la propietaria de la residencia que lleva su nombre, quien tuvo que ser atendida por los servicios de emergencias por un ataque de ansiedad. Al filo de las tres de la madrugada, no daba crédito a lo que había ocurrido. "Acababa de llegar a mi casa cuando me han llamado" repetía con dificultad al estar bajo los efectos de los tranquilizantes.
Según pudo explicar, hacía pocas semanas que los Bomberos habían revisado las instalaciones "y estaba todo bien ", de ahí que no llegara a comprender qué podría haber sucedido para que seis residentes perdieran la vida en el incendio. "Tenemos cámaras en las habitaciones, el ascensor, todo... Quiero que se sepa la verdad", aseguraba a los periodistas.
Familiares y amigos estuvieron arropándola en todo momento, ya que la mujer rompio a llorar en varias ocasiones, al igual que las dos trabajadoras de la residencia que cuidaban de los ancianos en el momento de los hechos y que también tuvieron que ser atendidas por los médicos debido a su estado nervioso. "Un cortocircuito puede ocurrir en cualquier casa y el humo se extiende rápidamente", decía uno de los familiares de la propietaria, apuntando a una de las posibles causas del incendio.
