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Los burdeles se concentran en los polígonos de Sevilla

En los últimos seis años han abierto sus puertas cuatro grandes burdeles. Otros se han instalado en Store o en Manchón. Los datos de la asociación de clubes de alterne de Sevilla confirman el aviso realizado por el Centro Leonor Dávalos: la prostitución ha aumentado en la capital.

el 14 sep 2009 / 21:43 h.

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El Polígono Calonge es el máximo exponente. En los últimos seis años han abierto sus puertas cuatro grandes burdeles. Otros se han instalado en Store o en Manchón. Los datos de la asociación de clubes de alterne de Sevilla confirman el aviso realizado por el Centro Leonor Dávalos: la prostitución ha aumentado en la capital.

Sevilla carece de una normativa estricta sobre la aplicación de clubes de alterne. Hasta hace unos seis años, esta actividad tenía como escenario los municipios del área metropolitana. Pero esta realidad empieza a cambiar. Los burdeles se están acercando a la capital, se instalan en los polígonos industriales y en barrios como Bellavista, Nervión o la Gran Plaza. Son grandes establecimientos que en algunos casos alcanzan las 70 prostitutas y rozan la treintena de trabajadores.

"Hay una tendencia a concentrar todos los clubes de alterne en una zona y acercarlos a la capital. Se trata de facilitar que lleguen los clientes y que no tengan que hacer grandes distancias en coche", explicó el portavoz en Sevilla de la Asociación Nacional de Clubes de Alterne, José Vicente Iglesias, quien subrayó que sus relaciones con el resto de establecimientos de la zona son "muy buenas". "Hay una perfecta convivencia", indicó.

Los últimos datos, difundidos en 2005 por la Asociación Andaluza de Mujeres que Ejercen la Prostitución, enmarcada en la Federación de Asociaciones de Mujeres Progresistas, revelan que en la provincia hay más de 300 clubes de alterne y otras cien casas de citas, uno de los índices más altos de todo el país.

El centro Leonor Dávalos, dependiente de la Delegación de la Mujer, intentará aprovechar el debate abierto en el seno de los dos socios de gobierno sobre las restricciones de la prostitución en la calle -las negociaciones ya se han iniciado y la tramitación de la normativa se encuentra en su recta final-. De hecho, su representante, Rosa Terrón, reclamó el pasado martes que las sanciones a los clientes no se apliquen sólo cuando esta actividad se desarrolle en la vía pública. "Hay que conseguir que Sevilla no sea una ciudad fácil para las mafias y los proxenetas", subrayó.

La Asociación Nacional de Clubes de Alterne ha defendido en numerosas ocasiones un sistema legal estatal que regularice su situación. Un debate que se abrió a nivel estatal, pero que finalmente se quedó congelado debido a las diferentes sensibilidades existentes en los principales partidos políticos. El representante de este colectivo en Sevilla incidió en esta línea: "En nuestros locales sólo trabajan personas libres que ejercen esta actividad voluntariamente y en unas condiciones higiénicas aceptables. Con lavabos y métodos anticonceptivos".

Pese a esto, han sido numerosas las actuaciones policiales contra redes de explotación sexual y de inmigración ilegal que han tenido como escenario los clubes de alterne de la ciudad. Recientemente, en una actuación policial en un burdel del Polígono Calonge fueron detenidas 16 personas. Hace más años, en 2001, cuando empezó el crecimiento de esta actividad, fueron arrestadas seis personas en otra sala de esta misma zona por obligar a una joven rusa a prostituirse.

El portavoz de los locales de alterne se desmarcó de este tipo de hechos y compara la actividad regulada en los burdeles con el ejercicio de esta práctica en la vía pública: "Cuando están en la calles están menos protegidas, en unas peores condiciones sanitarias y sin ningún tipo de medios", Según su relato, en en áreas como el Polígono Calonge apenas hay prostitución callejera.

Con este argumento, la Asociación Nacional de Clubes de Alterne muestra su respaldo a la propuesta inicial en la que trabaja el Ayuntamiento de Sevilla, que implica un control de la prostitución en la calle con sanciones a los clientes e información social a las prostitutas. Pese a esto, la intención del Centro Leonor Dávalos es ir más allá y reducir este fenómeno tanto en los clubes de alterne como en la vía pública: "Es una forma de violencia de género y lo que no se puede hacer es permitirla en algunos sitios y prohibirla en otros".

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