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Los cambios de Zapatero ‘obligan’ al PP a pasar a la acción

Rajoy ha evitado en los últimos meses marcar la agenda pública.

el 21 oct 2010 / 21:12 h.

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Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal, ayer antes de una conferencia.

La sorpresiva remodelación del Gobierno efectuada el miércoles por el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, ha pillado con el pie cambiado al Partido Popular. Su presidente, Mariano Rajoy, a sabiendas de que su ventaja iba poco a poco aumentando en las encuestas ante su desaparición de la escena pública adoptó hace tiempo la estrategia de pasar a un segundo plano, que ahora deberá cambiar si no quiere que Zapatero vuelva a situarse por encima de él en las encuestas de cara a las generales de 2012.


Con la estrategia que adoptaron los populares han logrado aventajar entre 13 y 15 puntos al PSOE. En la sede de Génova eran conscientes de que el desgaste del Gobierno por la crisis económica y los elevados niveles de desempleo harían caer a Zapatero lentamente sin necesidad de excesivo desgaste público. Ahora, los responsables de trazar las estrategias del PP deberán pasar a Rajoy del modo stand by al modo on.


De hecho, el líder del PP ya se pronunció ayer sobre las modificaciones del Gobierno y lanzó sus primeros ataques contra Rodríguez Zapatero: "Cambiar los marineros sirve para poco y que con José Luis Rodríguez Zapatero como capitán y con este rumbo no vamos a ninguna parte", aseguró el líder de la oposición.
micrófono abierto. Esta nueva estrategia del PP se vio ayer truncada por un micrófono abierto, que cazó una conversación entre la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, y el presidente del PP-A, Javier Arenas, en la que admitían que el nuevo Ejecutivo era "mejor" tras la remodelación del pasado miércoles. En una conversación a las puertas del Senado captada por las cámaras de CNN Plus, un senador popular cuestionó a Cospedal y Arenas si los cambios de ministros representan una mejoría del Gobierno."En principio, sí", respondió en primera instancia Cospedal, que luego fue matizada por Arenas: "Bueno, no sé si mejor Gobierno, pero proyección pública, sí". Horas más tarde, Arenas quiso arreglando arguyendo que había dicho "provocación" en vez de "proyección":
También analizó los cambios de ministros el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, quien aseguró que el ministro del Interior y vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, es un político "esquivo", "difuso", con "lengua de doble filo" y de los que daña a la oposición. "Sin ninguna duda, Rubalcaba no es precisamente un político de los que no hace daño a sus rivales, al contrario, él se precia de ser peligroso. Tiene mucha historia y todos nos acordamos de las cosas que ha sido capaz de hacer y de decir a lo largo de su vida y ya quisiera él que lo hubiéramos olvidado", explicó González Pons.


Más conciso, y también contundente se mostró el senador y fundador del Partido Popular, Manuel Fraga. Tras ser preguntado por los periodistas cómo valoraba la remodelación del Ejecutivo, no quiso hacer declaraciones. "No lo valoro, lo lamento", se limitó a decir. Igualmente, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón consideró que no se puede hablar de un "nuevo Gobierno" tras la remodelación y que "el auténtico nuevo Ejecutivo, el que practicará nuevas políticas, será el que presida Mariano Rajoy" después de las próximas elecciones generales.

"En política, un nuevo Gobierno se produce cuando se cambia el presidente", argumentó el alcalde, que sostuvo que "es el mismo Gobierno" porque hay una "continuidad sustancial en la presidencia y en la mayoría de las vicepresidencias" y son "más noticia los que cambian de responsabilidad que las nuevas incorporaciones".


Ruiz-Gallardón dijo que, de la valoración que hizo ayer el propio Rodríguez Zapatero, se desprende que lo que busca es contar con "personas con más capacidad de comunicación y explicación", de modo que sus motivos "no son una modificación de la gestión, sino un incremento en aspectos de explicación y comunicación". Eso es algo "perfectamente legitimo", indicó el regidor madrileño, pero cuando el presidente "confiesa su objetivo único es un cambio en la comunicación", es que "no establece ningún propósito de enmienda en la gestión".

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