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Los capirotes toman Pino Montano

el 15 sep 2009 / 01:46 h.

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Y la hermandad de barrio se hizo grande. Pino Montano se puso la túnica por fin y acompañó a sus imágenes con un cortejo de 300 nazarenos a los que se unieron cientos de fieles. Una representación de la Hermandad de la Macarena, madrina de la corporación, se agregó a la procesión.

La incertidumbre del pequeño Álvaro de 7 años en la puerta de la Parroquia de San Isidoro, lugar desde donde sale Jesús Cautivo y la Virgen del Amor, era la gran novedad de la tarde: "Mamá, ¿qué hacen aquí estos nazarenos de morado? ¿Se habrán confundido de iglesia?, se preguntaba el niño. Y es que la emoción era mucha. Trescientos nazarenos acompañaron por primera vez a sus queridas imágenes por las calles de Pino Montano.

Pero la cofradía se empezó a formar en el barrio, desde muy temprano, sobre las 16.30 horas. Los capirotes colgados al hombro, la novedad para muchos "nazarenos con L", reía un hermano, servían de bálsamo contra el calor, mientras se apretaban los cíngulos y se acomodaban la capa.

En el interior de la parroquia y llegada la hora donde la cruz de guía abriría el cortejo, el hermano mayor, Antonio Jiménez, le daba la enhorabuena a todos los que habían hecho posible "este milagro".

Con esta tónica se produjo la primera levantá del señor. "Quiero que el primer golpe del llamador vaya para todos los nazarenos que hoy pasearán por el barrio". A los sones de ¡Oh! Bendita Estrella, interpretada por la banda Encarnación de San Benito, los costeros y el andar con paso largo pusieron el esparto en la calle Alfareros repleta de cientos de fieles.

Sin embargo, el estreno de la túnica en la hermandad había cogido a más de uno sin libro de instrucciones a mano. La capa al revés, el cíngulo con más de una vuelta en la cintura o el escudo boca abajo, conflicto que siempre ocurre y para el que los cofrades sugieren que se indique cuál es el derecho.

El barrio respiraba fiesta. Las madres, las tías, las abuelas y sus sillitas, y los del sector de la hostelería hicieron un receso para ver pasar a sus vecinos desfilar como una hermandad más.

Tantas eran las prisas que tenían los padres por conseguir un alfiler a tiempo para arreglarle los ojos del antifaz a algún nazareno, que fueron algunos los que se incorporaron tarde al resto de la fila perfectamente estilizada. "Dormido me he quedado y no me ha dado tiempo ni de comprar agua", apuntaba el padre de un nazareno de no más de 6 años, mientras recortaba con la boca el plástico que envuelve las varitas. "El estreno más grande -proseguía- es que estas túnicas desfilen por nuestras calles", terminaba de explicar Eustaquio, colocando al hijo finalmente en la fila con su varita recién estrenada. Pero esto era lo de menos. La fiesta de ver los pasos después de un año era lo principal y nadie se quería perder la ocasión.

Alrededor de las 19.00 horas el palio de la Virgen del Amor, que tallara Fernando Castejón al igual que el señor, se acercaba al dintel de la parroquia de San Isidoro Labrador. "Esta levantá quiero que vaya para esos hermanos que hace veinticinco años crearon la hermandad". Éstas eran las palabras del capataz que emocionado mandaba a llamar a sus costaleros. El toque de corneta anunciando la partitura de Esperanza Macarena hizo que el fervor de la calle que esperaba a la dolorosa rompiera en un fuerte aplauso porque la cofradía se encontraba al completo sellando una página más de su corta, pero intensa, historia de vida.

Capirotes desde san gil. Los aires macarenos que se escucharon tanto a la salida de la Virgen como a la entrada, metidos ya en la madrugada del Sábado de Pasión, también se dejaron sentir. A petición de la junta de gobierno de Pino Montano, se le hacía una llamada a la de San Gil para que la amadrinara en su nueva andadura como hermandad, hecho destacado y que tuvo lugar el pasado año.

Ante la expectación del terciopelo color esperanza mezclado con los purpúreos antifaces, todos se aventuraban a observar y a inmortalizar, de alguna manera, el regalo de la corporación que hace la madrina: una réplica de la Esperanza Macarena que fue ubicada en la delantera del paso. La virgen del Amor se despidió de su barrio con Coronación Macarena.

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