Nos queda todavía un largo trecho para alcanzar el nivel de los chicos del coro, pero bueno, poquito a poco . No están internados en ningún centro de reeducación de menores ni sometidos a un represivo régimen de enseñanza, como sucedía en la célebre película francesa en la que el profesor Mathieu fue capaz de tranformar las vidas de un grupo de niños enseñándoles música y canto coral, pero en esta historia la música juega también un papel pedagógico y formativo. El Polígono Sur cuenta desde ayer con su propia coral de voces blancas. Un total de 28 niños y niñas, de entre 7 y 13 años, seleccionados por sus capacidades musicales entre los ocho centros educativos de Infantil y Primaria del barrio, ofrecieron ayer su primer concierto de presentación en el colegio público Fray Bartolomé de las Casas.Después de dos meses de ensayos, para su esperada puesta de largo se eligió un repertorio de seis piezas en el que tuvieron cabida los villancicos, mucho ritmo, salsa, algo de baile y hasta alguna coreografía . Entre los miembros de este singular coro hay niños de etnia gitana, otros de origen africano y sudamericano y también, cómo no, payos . Todos ellos han unido sus voces gracias al proyecto impulsado por una entidad sin ánimo de lucro, Meridianos, que desde hace 15 años ofrece oportunidades de futuro a niños y jóvenes, a los que facilita las herramientas necesarias para alcanzar sus metas. Al montar una coral en el Polígono Sur perseguíamos hacer de la música una experiencia al alcance de todos y dar la oportunidad a los niños que poseen altas cualidades musicales de desarrollar su formación independientemente de si disponen o no de recursos , asegura Alberto Alonso Trigo, coordinador del coro Meridianos.El primer paso consistió en las pruebas de selección de los niños con mayor oído musical. Se compartió el proyecto con los ocho centros educativos participantes y se convocó libremente a los interesados a pasar una prueba de voz y afinación. Cuando se les pedía que cantaran algo, muchos de los aspirantes tiraban por la rama del flamenquito , aunque la mayor de las sorpresas se la llevaron con un niño de raza negra que dejó a los instructores con la boca abierta al interpretar un Avemaría en latín. Resulta que el niño ya formaba parte del coro del colegio Paz y Amistad. No dudamos en ficharlo , apunta Miguel Pérez Martín, subdirector de la nueva coral de voces blancas del Polígono Sur y responsable junto a Rafael de Carlos, director, de la formación musical de los pequeños cantores.Después de más 300 pruebas de voz, se realizó una primera selección de 83 niños con altas capacidades musicales, de los que finalmente se apuntaron 35 y sólo 28 han pasado a formar parte del coro que ayer, con uniformes de estreno, protagonizó su puesta de largo ante las familias y los vecinos del barrio.La sede de esta novel coral es el colegio Fray Bartolomé de las Casas, donde los pequeños ensayan dos días a la semana, lunes y viernes, durante hora y cuarto. No se trata de enseñarles voces de memoria ni de preparar simplemente un repertorio de cara a una actuación, sino que se ofrece a los niños una formación musical académica que comprende desde clases de tratamiento y uso de la voz, dinámicas de funcionamiento del coro, calentamiento vocal para evitar lesiones y disciplina de concierto. Al margen de estimular el desarrolo intelectual de los niños y de contribuir a su formación integral, el coro les estimula, en definitiva, valores y cualidades como el respeto, el trabajo en equipo, el afán de superación o la disciplina , asegura Alberto Alonso.El coordinador de esta iniciativa cultural destaca que para el buen funcionamiento del coro resulta también imprescindible la implicación directa de las familias, ya que al ser niños de corta edad sus familiares deben acompañarlos a los ensayos. En un principio, había niños que faltaban en alguna que otra ocasión, pero con el paso del tiempo los padres han empezado a sentir el coro como algo suyo .Los instructores de la coral no han puesto metas ni límites a esta iniciativa cultural y esperan que el concierto de ayer haya servido de acicate para que otros niños quieran apuntarse y se acerquen a la música como una oportunidad para su formación y aprendizaje. La idea es que este proyecto vaya a más y pueda culminar, quién sabe, en una escuela musical Polígono Sur , un barrio que, como en la película francesa, ya tiene a sus chicos del coro .