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Los cocheros, sin medios para recoger los excrementos pese a ser obligatorios

La ordenanza de coches de caballos cumple ahora un año. Su principal aportación fue la obligatoriedad de que los carruajes llevasen un sistema de recogida de excrementos para evitar la suciedad. Todos incumplen esta normativa, ya que el Ayuntamiento aún no ha facilitado los modelos.

el 14 sep 2009 / 22:22 h.

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La ordenanza de coches de caballos cumple ahora un año. Su principal aportación fue la obligatoriedad de que los carruajes llevasen un sistema de recogida de excrementos para evitar la suciedad. Todos incumplen esta normativa, ya que el Ayuntamiento aún no ha facilitado los modelos.

"Las caballerías irán provistas de un sistema de recogida de excrementos que asegure que estos no se depositan en la vía pública, tanto mientras se encuentran en circulación como cuando están parados. El sistema será el que determine la Corporación municipal". Con esta contundencia regula la ordenanza, que entró en vigor en enero de 2007, la instalación de este tipo de sistemas para evitar la suciedad que provocan los coches de caballos. La normativa llega incluso a considerar el incumplimiento de esta exigencia como una infracción grave con sanciones que oscilan entre los 151 y los 900 euros.

El compromiso municipal con la asociación de cocheros fue facilitar en un plazo de meses tres modelos distintos para que fuesen probados por los caballos. Tras un periodo de adaptación se debería generalizar este sistema y a partir de ese punto se empezarían a aplicar las sanciones. Pero ha transcurrido un año y esta exigencia, que generó una importante polémica entre el Consistorio y el sector, muy reacio a este tipo de prácticas, ha caído prácticamente en el olvido.

"No tenemos noticias de ninguno de los modelos. Ni siquiera nos los han dado para que los probemos. Además, todavía hay que ver si los caballos se adaptan porque Sevilla no es como otras ciudades en las que se aplica. Hace mucho calor y este tipo de sistemas atrae a los insectos", explicó José Vázquez, uno de los portavoces de la asociación.

En estos momentos hay una escasa coordinación entre el sector y el servicio municipal de limpieza de Lipasam. En las paradas son los cocheros quienes se responsabilizan de los excrementos que depositen sus caballos. Deben limpiarlos y arrojarlos en los contenedores. Cuando los carruajes están en ruta, no hay control alguno y son los operarios quienes deben recoger más tarde los restos.

Pese a la polémica que suscitó la decisión municipal de obligar a los carruajes a llevar este tipo de sistemas, esta cuestión ha pasado a un segundo plano por las últimas protestas de los cocheros. De hecho, las diferencias y la tensión surgida entre el sector y los responsables del equipo de Gobierno dificultan aún más las posibilidades de que las dos partes lleguen a un acuerdo sobre los pañales de los animales.

Las nuevas cocheras, situadas en el complejo conocido como la Ciudad del Caballo, en Torrecuéllar, fueron inauguradas -o "estrenadas" porque los límites electorales impedían otra expresión- poco antes de las elecciones del mes de mayo. En este recinto, cada cochero tenía un espacio asignado de nueva construcción, una medida que el sector reclamaba desde hace años.

Pero el estado de las instalaciones se ha deteriorado en sólo seis meses. Un desacuerdo entre la empresa promotora, el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria ha dejado a los coches de caballos sin luz. La red de abastecimiento de agua y los puntos limpios presentan también varios problemas que han provocado que los cocheros inicien una serie de duras protestas.

"Esto lo debe solucionar el Ayuntamiento con Miguel Gallego -presidente de la sociedad Drag Inversiones promotora del recinto- y con la Autoridad Portuaria. Pero no nos echan cuenta", apunta José Vázquez, quien subraya que, mientras se soluciona el conflicto, no se abonarán los recibos. El sistema de organización diseñado en la ordenanza municipal para las cocheras de Torrecuéllar implica que todos los titulares de licencias aporten una cantidad a la comunidad mediante la que se hace frente a la factura. El dinero recaudado en los últimos meses se encuentra congelado en una cuenta bancaria a la espera de que se solucione el conflicto.

Y no hay una resolución próxima. Las relaciones entre el sector y el Ayuntamiento están prácticamente rotas y los cocheros han intensificados sus protestas. En las últimas semanas han sido habituales las imágenes de carruajes en fila recorriendo la transitada ronda histórica y provocando enormes atascos -el primer día del Plan de Navidad, por ejemplo-. Las protestas se retomarán hoy, con cortes en el Prado o en la calle Águilas, que da acceso al Centro.

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