La Consejería de Educación va a introducir, vía decreto, dos nuevas figuras administrativas para aprovechar mejor los recursos escolares y para coordinar el trabajo de los colegios e institutos que están próximos entre sí: las zonas educativas y las redes escolares. Una zona educativa será una demarcación geográfica con una relación de centros escolares que funcionará como un todo, coordinando esfuerzos, recursos y personal entre todas las escuelas que formen parte de ella. Será una unidad administrativa, como lo es un colegio. Tendrá plantilla orgánica y RPT (relación de puestos de trabajo de personal) propia para atender necesidades educativas globales que abarquen a varias de sus escuelas. Habrá un Consejo de zona, formado por algunos directores, inspectores y miembros de la Delegación Provincial de Educación, que coordinará los programas educativos de su demarcación y administrará los recursos y el personal que se puede compartir. Por ejemplo un intérprete de signos o un educador social que, de forma itinerante, intervengan en uno y otro colegio. Un municipio pequeño será una zona educativa.
Una ciudad como Sevilla se subdividirá en zonas para que el número de colegios sea menor y haya mayor operatividad. Los servicios externos a la escuela (inspectores, equipos de orientación y Centros de Profesores) estarán asignados a cada zona y trabajarán de forma coordinada.
La redes educativas conectarán a varios colegios o profesores en torno a un mismo proyecto: compartirán recursos, experiencias e iniciativas y desarrollarán programas de intercambio de alumnos y profesores, por ejemplo, docentes andaluces que se intercambien con profesores de un instituto francés para trabajar conjuntamente en el Bachillerato bilingüe. O cambiarse con docentes de otras comunidades autónomas. También se regulan las redes de mediación, con la figura de un mediador externo elegido por la comunidad escolar, que intervendrá en diversos conflictos escolares de distintos colegios de la zona.
