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Los comerciantes adaptan sus precios por la crisis para vestirse de mantilla

El número de mujeres que se visten de mantilla se ha ido incrementando a lo largo de los años, pues esta tendencia se ha extendido entre las jóvenes sevillanas.

el 18 mar 2010 / 10:50 h.

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Los comerciantes dedicados a la venta de complementos litúrgicos para Semana Santa han adaptado sus precios este año por la crisis para que más mujeres puedan vestirse de mantilla, una tradición que crece año tras año entre las jóvenes de incluso 16 años.

De esta forma, profesionales dedicados a la venta de estos accesorios aseguran que las ventas han descendido este año en un diez o un 15 por ciento, no vendiéndose "con la alegría de otros años", según señaló a Europa Press el encargado de la tienda Juan Foronda, Miguel Alonso, y apuntó que "gracias a que la tradición de la Pascua es tan arraigada en Sevilla se salva la venta de los complementos".

Así las cosas, los comerciantes han contemplado la crisis económica a la hora de confeccionar ofertas que contienen peina y mantilla por "módicos precios", los cuales rondan los 60 euros.

Sin embargo, de comprar solo la mantilla, esta puede costar desde los 50 euros hasta los 390 como máximo las bordadas a máquina, y 590 las bordadas a mano. Además, apuntaron a Europa Press fuentes de la cadena Artesanía Textil, las jóvenes sevillanas siguen decantándose tanto por las mantillas de bordado en chantilly -más juvenil- como las de bordado en blonda -"más tupida y de luto para la Pascua"-.

En cuanto a las peinas, que suelen ser de material celuloide, sus precios oscilan entre los 20 y los 200 euros. Eso sí, si el material es de concha de tortuga, carey, sobrepasan los 1.000 euros y prácticamente tan solo pueden encontrarse en anticuarios.

Más solteras de mantilla. El número de mujeres que se visten de mantilla se ha ido incrementando a lo largo de los años, pues esta tendencia se ha extendido entre las jóvenes sevillanas, y es que estas van actualmente a los Santos Oficios del Jueves Santo, entre otros actos, con las amigas y sin la necesidad imperiosa de antaño de ir acompañadas de un hombre, bien fuera el marido o el padre.

Del mismo modo, el encargado de la tienda Juan Foronda manifestó que las tendencias han cambiado en los últimos años también en el estilo a la hora de vestirse para este tipo de actos litúrgicos. Así, la mayoría de mujeres suele ser más austera a la hora de elegir los complementos que llevar puestos, y es que "antes no se concebía el atuendo sin los guantes, el rosario y el bolso", es decir, "se tenía un concepto más serio de lo que significa vestirse de mantilla", apuntó Alonso.

No obstante, lo que año tras año no cambia es que tanto la mantilla como la peina y el broche suelen ser regalos hechos por la abuela de la mujer en cuestión, y es que según se manifestó desde Artesanía Textil, las abuelas mantienen la idea de "querer que las nietas conserven un recuerdo suyo para toda la vida cuando ellas ya no vivan", teniendo en cuenta además la carga religiosa que este hecho

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