Parece que la crisis está multiplicando los robos a pequeña escala en la ciudad, en los últimos meses no sólo proliferan los delitos rápidos como los robos con tirones sino que además se están produciendo atracos a mayor escala, sobre todo en centros comerciales.
A Rubén García aún se le ponen los pelos de punta cuando recuerda el asalto que quebró la tranquilidad de su hogar, hace pocos meses. En agosto, dos individuos encapuchados entraron en su chalé de Los Pinares de Oromana, cuchillo en mano, y le acorralaron en el salón mientras desvalijaban su vivienda en presencia de su esposa.
Su caso no es anecdótico. La creciente preocupación por el aumento de robos en la ciudad es tal que muchas personas han llegado a instalar cámaras de vigilancia en sus casas o en sus comercios.
La situación parece aún peor en centros comerciales donde los hurtos se han convertido en algo habitual, es el caso de un gran supermercado de la calle Silos donde los vigilantes aseguran que "los pequeños hurtos son diarios", aunque más grave fue el caso sucedido hace unos días en otro supermercado de la ciudad ubicado en la antigua plaza de toros donde varios encapuchados retuvieron a los clientes hasta que les dieron toda la recaudación de la caja.
Los mismos hechos se repitieron el pasado fin de semana en la cafetería Nueva Florida, de la plaza de la Almazara, en la que también un individuo que empuñaba un arma blanca retuvo a varios clientes mientras pedía la recaudación de la caja.
Por su parte el consistorio local no ha hecho declaraciones al respecto y el concejal responsable de la Seguridad Ciudadana, Manuel García, explicó a este periódico que tiene prevista una reunión con los agentes policiales para tratar la situación.
