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Los descartados: salida o finiquito

El Sevilla no desea ‘comerse’ los descartes y ha presupuestado un gasto para rescindir contratos como última opción.

el 29 jul 2014 / 09:49 h.

SEVILLA 14-15 Uno de los capítulos más espinosos dentro de toda planificación deportiva es el de las salidas, sobre todo en lo que atañe a aquellos jugadores con los que no quiere contar el entrenador. Los jugadores con contrato desean llegar a un acuerdo beneficioso, es decir, cobrar la mayor parte de la ficha que estaba firmada y obtener la carta de libertad. Todo es dinero. Aunque haya casos donde la honra personal y el dolor por no triunfar sean más complicados de digerir que una negociación económica donde los dos quieren ganar. Y el culpable para club y afición siempre es el futbolistas. En el caso del Sevilla, no son pocos los profesionales que se encuentran (o encontraban hasta hace unas horas) en la rampa de salida. Sin embargo, no hay destino que ayude al despegue. En total, los futbolistas descartados por el cuerpo técnico nervionense eran nueve: Javi Varas, Guarente, Hervás, Babá, Manu del Moral, Stevanovic, Rusescu, Rabello y Trochowski. Además de Botía tras la llegada de Alejandro Arribas a la disciplina nervionense. A día de hoy, sólo el italiano (cedido al Émpoli) y el cordobés (que jugará a préstamo en el Sabadell) han logrado arreglar su situación. Y esto preocupa en el Sevilla. Tanto, que según ha podido saber El Correo de Andalucía, la entidad nervionense ha presupuestado una importante cantidad de dinero para desbloquear aquellas situaciones enquistadas llegado el tramo final de agosto. Lo hará en forma de rescisiones de contrato, como ya hiciera hace siete meses con Maduro. No quieren que el descontento de algunos, amigos todos los compañeros, siembre un mal ambiente dentro de un vestuario que va como la seda. En este sentido, cobra especial relevancia la situación de Javi Varas. El portero de Pino Montano lleva tres veranos consecutivos siendo descartado por la dirección deportiva sin que se haya podido desligar contractualmente del Sevilla. Hace dos años encontró acomodo en el Celta. En la temporada pasada no hubo tal suerte y Emery se vio obligado a contar con él como segundo portero, pese a no confiar demasiado en sus cualidades (el técnico vasco cree no puede con la presión de jugar en Nervión, entre otras cosas). En el verano actual la situación es más compleja. Varas, aunque no lo reconozca públicamente, se siente dolido por cómo está siendo tratado. El portero entiende que desde el club se desliza que no quiere renunciar a un solo euro de su contrato (más de un millón de ficha). A eso le unimos la frustración vivida con Emery cuando éste le apartó de la titularidad en la Europa League en favor del portugués Beto, y encontramos la explicación perfecta a dicho malestar. La realidad indica que la posibilidad de la cesión es tremendamente difícil precisamente por el alto sueldo que percibe Varas. Todo aquel equipo que pregunta en Nervión por un posible préstamo se encuentra con el ‘no’ del Sevilla, puesto que ninguno de esos equipos está dispuesto a asumir ni siquiera el 50% de la ficha. Con un mes de mercado aún por delante, la situación de Varas y del resto de descartados no es urgente. Sin embargo, el Sevilla tiene claro que no quiere tener a ningún jugador sin ficha entrenándose por la Ciudad Deportiva. La vida de Javi Varas en el Sevilla cambió aquella noche en la que el Sevilla de Marcelino resistió las numerosas embestidas del Barça de Guardiola y Messi. Fue precisamente al astro argentino a quien Varas le detuvo un penalti en el último minuto de la prolongación. Aquella atajada le hizo renovar por todo lo alto con el Sevilla. Parecía que el conjunto nervionense había encontrado por fin un portero de la casa, algo que no ocurre desde hace décadas. Sin embargo, el club paga ahora dicha decisión de renovarle en su mejor momento, pues ya no cuenta con él. A esa lista de descartes anteriormente mencionada hay que sumarle dos nombres que Emery se ha llevado a las concentraciones y, por el momento, está contando con ellos: Cicinho y Jairo. El cántabro es la evidencia de que no todos los descartados tienen cerrada la puerta de regreso al Sevilla. El veloz delantero empezó muy fuerte la temporada pasada, pero poco a poco fue desapareciendo de las convocatorias y nunca recuperó el protagonismo. Emery cree en él, pero coincide con el secretaría técnica en que es necesario un poco más de fogueo en un equipo de la Primera División. Las alternativas son muchas, principalmente dos clubes andaluces: Almería y Córdoba. El caso del brasileño es distinto. En lo que llevamos de pretemporada, una de las cosas que más están llamando la atención es su rendimiento. Es uno de los destinados a salir cedido por culpa de la lesión de rodilla que lo mantuvo KO gran parte de la pasada temporada. El lateral diestro necesita minutos y en el Sevilla su puesto está bien cubierto con Coke, que finalmente renovó, y por un Diogo que va a más.

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