En la historia de la Feria figura que fue un vasco, José María de Ybarra, el coinventor en 1847 de la que con el tiempo se convirtió en la fiesta sevillana más universal. Varios siglos atrás, otro vasco, éste de Guetaria, Juan Sebastián Elcano, había sido el gran protagonista de la primera circunnavegación del planeta (1519-1522). Y ahora un tercer vasco, Jacinto Gutiérrez (San Sebastián, 1962), es el creador de la portada que, inspirada en la gesta de Elcano, dará la bienvenida este año a los feriantes. La cosa va de vascos. Paradojas de la vida.
-Sobre su portada se ha oído de todo. Al menos, no ha dejado indiferente a nadie.
-Bueno, yo creo que ningún año ha dejado indiferente a nadie. Durante años he observado la portada de Feria dándole una importancia relativa: siempre utilizaba los mismos argumentos, basados en elementos arquitectónicos de la ciudad. Nunca me ha llamado especialmente la atención.
-¿Era la primera vez que se presentaba a este concurso?
-Sí, y no creo que me vuelva a presentar. El presentarme a concurso fue más por proyectar la idea de la Iniciativa ciudadana para la conmemoración del quinto centenario de la primera vuelta al mundo, que desde la sociedad civil pretende que Sevilla lidere las conmemoraciones globales de esta efemérides pero no con una celebración al uso, como la de la Expo, con la construcción de pabellones y pegando 40 pelotazos urbanísticos. No, no. Estaríamos hablando de ideas, de pilotar un foro mundial en el que los hombres hablen de los hombres, de su tiempo, del planeta, de la paz, de la cultura... La portada no es sino la mejor forma de vender a los sevillanos la idea de esta Iniciativa. No nos vamos a ver en otra. Piensa que la primera vuelta al mundo es posiblemente el hecho histórico más sorprendente de la historia de la humanidad. Es mucho más importante que el viaje a la Luna.
-Vanguardista, rompedora... ¿Qué apellido le pondría a su portada?
-No pretende ser ni una cosa ni otra. La del año pasado, con el logotipo del Ayuntamiento en grande, fue una portada ya bastante rompedora. Me planteé exclusivamente conseguir ganar el concurso con algo que fuera lo suficientemente hermoso y representativo de la Feria, pero que no ofendiera en exceso. En Sevilla todos sabemos que hay elementos de su tradición que son complicados de ser modificados. No quería ser crucificado tampoco.
-¿Es usted un apasionado de la hazaña marítima de Elcano?
-No, yo conocía el hecho histórico pero a un nivel bastante primario. Esta gesta fue posible gracias a que Sevilla, en aquel momento, tuvo la capacidad de poner en manos de estos marineros las herramientas necesarias para demostrar empíricamente la redondez de la Tierra. En aquel momento Sevilla era mucho más importante que lo es hoy Nueva York. Tenemos suficientes argumentos como para poder vender y exportar de Sevilla algo más que Semana Santa y Feria. La celebración puede centralizarse en Sevilla pero puede suceder simultáneamente en todas las ciudades que fueron puerto de la gesta de Elcano. Con lo cual estaríamos hablando de una proyección internacional de la ciudad muy importante.
-¿Es verdad que usted es de los que pisa poco la Feria?
-Yo tengo tres hijos. Mi hija mayor tiene 24 años y mi hijo pequeño 4. Soy incapaz de irme a la Feria teniendo tres hijos. He ido alguna vez pero en horario en que pueden ir los niños. No soy feriante, porque entiendo que para vivir la Feria hay que vivirla de soltero, que sabes cuándo vas pero no cuándo sales. Y esencialmente se vive cuando eres adolescente.
-¿Está contento con el resultado final de su obra o se ha tenido que modificar mucho su proyecto original?
-Las bases del concurso dejan muy claro que el Ayuntamiento se reserva las modificaciones que considere oportunas. Es verdad que ha considerado... unas pocas. Los cambios son más o menos dolorosos dependiendo de cómo se hagan y yo tengo que decir que ni uno solo de los cambios que se han hecho me han sido consultados. Creo que ha sido un problema de técnicos y de funcionarios, no de políticos. Hay cambios que se han hecho sin consultarme que creo que no aportan nada a la portada y que son de juzgado de guardia. Además, el color azul de fondo, que yo consensué aclararlo sobre el proyecto original a petición de los técnicos, se ha aclarado en exceso hasta llevarlo al mismo color del cielo. No hay día que yo haya ido a la Feria y que el cielo no sea exactamente del mismo color que la portada, con lo cual no existe portada. Creo que el color la hace bastante invisible. Los sevillanos, que son muy dados a poner motes a las cosas, y sobre todo los detractores ya la conocen como "la rueda de la fortuna" por la rosa de los vientos, su motivo central.
-¿En qué sugiere que nos fijemos de su portada? ¿Encubre algún detalle de autor?
-Mira, yo le recomendaría a la gente cuando vaya por la calle Asunción que disfruten de pasear andando sin que le atropelle un coche. Una de las últimas veces que acudí a ver la portada, ya prácticamente terminada, disfruté mucho del paseo.
-¿Y la mejor hora para contemplar la portada?
-Las siete de la mañana. Sin luz natural. El problema que tenemos es que la parte de la portada que da a la calle Asunción está casi todo el tiempo, por la fecha en que estamos, en sombra. Para verla iluminada tienes que verla desde dentro del recinto, pero el problema es que desde dentro del recinto la portada es distinta porque se le han hecho unas modificaciones, las más visibles, que la cambian completamente. El momento para ver la parte menos intervenida es las siete de la mañana, cuando está amaneciendo, o por la tarde, cuando ya no hay sol, y la luz es más difusa.
-¿A qué le metería usted el lápiz de la Feria actual?
-De toda manifestación ciudadana masiva me preocupa la buena convivencia, la armonía y el disfrute del mayor número posible de actividades. Hay cosas que personalmente para yo vivir la Feria hecho en falta. Por ejemplo, a mí me encanta ir a la Feria pero tengo hijos. Entonces, igual que hay calle del Infierno y casetas donde poder tomarse una cervecita, un fino o una gamba, yo hecho en falta que no haya espacios para que mis hijos también disfruten mientras lo hago yo. Al final, el niño termina durmiendo entre dos sillitas de tijera en una caseta con el volumen a toda leche y eso me parece inhumano y por eso no participo de la Feria. Creo que ese tipo de servicios para una Feria como la nuestra que además se exporta internacionalmente habría que resolverlos. Si permanentemente estamos haciendo ver a los ciudadanos que vivimos del turismo, habrá que organizar en paralelo a la fiesta servicios que garanticen que la gente venga a Sevilla. Hay que trabajar mucho en los servicios de la ciudad, tenemos un montón de años de retraso y creo que podemos hacer de Sevilla una ciudad perfectamente habitable y rentable. Pero hay que cambiar el chip.
