Siete manifestantes y un soldado murieron ayer en los enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y seguidores de la oposición en la capital armenia, donde el presidente del país, Robert Kocharián, decretó el estado de excepción el pasado sábado. En total, hubo 131 personas heridas.
Los seguidores del ex presidente Levón Ter-Petrosián, que se manifiestan en Ereván desde hace más de diez días, emplearon bombas caseras y granadas de mano, según la Policía. Los desórdenes estallaron después de que se disolviera de forma violenta la concentración que la oposición mantenía desde el 19 de febrero, cuando se anunciaron los resultados oficiales de las elecciones presidenciales.
La oposición no reconoce los resultados electorales en los que fue elegido el primer ministro Serge Sarkisián con el 52,82 por ciento de los votos.
